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J I N

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J I N

Tenía dieciséis cuando me enamore de Iliana. Dos años y medio después cometí lo que mis padres pensaban era el primer error de muchos.

Al ser hijo único tuve una infancia placentera con mi mamá cuidándome, mientras que mi padre volvía del trabajo. Mi padre ya era heredero una gran fortuna cuando se casó, cinco años después me tuvieron a mí y no pudieron tener más hijos para su desgracia. Fueron estrictos conmigo, no lo suficiente como para que yo les guardará rencor, pero si lo suficiente para que se pudieran decepcionar de mí.

Los padres de Iliana y los míos nos apoyaron con la llegada de Ivanna e incluso pagaron los gastos de la pequeña boda que nos obligaron a realizar. El que se comportarán de esa manera no quería decir que no estaban bastante decepcionados de mí. Hubo un tiempo en el que no me dirigieron la palabra a menos que fuera para hablar sobre mis estudios y de su nieta. No habían dejado de quererme porque seguían apoyándome, pero también sabía que les costaba mucho perdonarme cuando se habían empeñado en educarme.

La decepción hacía mí siguió creciendo cuando, luego de varios años, Iliana y yo decidimos divorciarnos por acuerdo mutuo. Dejé de recibir ayuda de parte de ellos cuando comencé a trabajar como maestro y me mudé a un departamento en el centro de la ciudad.

Parecía que las cosas no podían ponerse peor hasta que fue tutor de Noir Gray con quien mantuve una relación más allá de lo profesional que se mantuvo oculta hasta la madre de este lo descubrió. Pensé que finalmente esta tortura que llevaba cargando conmigo se había terminado, pero nunca había estado más equivocado.

La mañana que Rebeca, la hermana mayor de Noir, se presentó en mi departamento, yo ya había hablado con su hermano mayor acerca del asunto de su madre y me hizo jurarle que no le dijera nada a nadie, pues su hermana y su padre no estaban enterados, y dudaba que se fueran a enterar pronto. De alguna manera me sentí aliviado de no tener que explicarle a alguien lo que había pasado.

Hasta que alguien más se presentó ese mismo día. Mi corazón se detuvo de golpe al ver dos caras familiares que me miraron desprecio y hostilidad al mostrarme la página de un artículo de una revista que mostraba varias fotos de dos personas. La tomé entre mis manos para observarla con detenimiento, al hacerlo identifique los rostros de ambas personas. Éramos Noir y yo afuera del edificio de mi departamento en diferentes días con una descripción que confirmaba que nosotras habíamos mantenido una relación indecorosa en secreto.

—Vinimos por una explicación —anunció mi padre con enojo—. Esto nos meterá en muchos problemas.

Rebeca, que estaba a un lado de mí, tomo la revista y la analizó pareciendo horrorizada. Se quedó pensativa, mientras yo intentaba explicarles a mis padres que habían sacado de contexto esas imágenes, que el chico que salía en las fotos solo era un alumno al que estuve asesorando por varios meses e incluso lo ayudé cuando su familia me lo pidió.

Lessons of Love | California Lovers #2 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora