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Capítulo cinco: No es solo sexo.

Lo que pensaba que posiblemente me haría concentrarme más no lo hizo, en clase simplemente no podía dejar de pensar en Kimberly.

De nuevo.

- ¿Que te pasa últimamente? Has estado distraido, pasas el día mensajeando con alguien?- reprocha James sentado a mi lado.- ¡Me estás cambiando! ¿Es una chica? ¿No he sido suficiente para ti? Me dueles Alan.- hace drama y yo sonrío.

- Mentira.- respondo al momento en el que llega un mensaje de Kim, lo respondo.

James arrebata el celular y comienza a husmearlo mientras yo le pido que me lo devuelva.

- ¿Quién es Kim?- preguntó en el mismo instante en el que le quito mi celular.

- Nadie que te importe.- respondo bloqueando el celular.

- ¿Te gusta, no?- pregunta.

Si, ella me gustaba mucho. No solo me conocía lo suficiente para saber que me gustaba si no que hacía exactamente lo que debía para que ella me gustara.

- ¿Se han besado?- pregunta y contengo una sonrisa.

- Si.

- Así que nuestro querido Alan Collins tiene novia, es guapa, ¿donde la conociste?

- ¿Porqué tan interesado?- pregunto frunciendo el ceño.

- Bueno, han pasado dos años desde tu última relación y esa no terminó muy bien que digamos.

- Gracias por recordarme que mi vida amorosa es un asco.- digo al momento en el que recibo una notificación.

- Ambos sabemos que es verdad. ¿Cuando me la presentas?- pregunta curioso viendo mi celular.

Quiero alguien que me mire de la misma manera que James ve mi celular.

- Cuando pase algo.- respondo volviendo a bloquear mi celular.

- ¿Estas esperando a acostarte con ella para presentarnosla? Muy inteligente, marcar territorio.- dice palmeando mi espalda.

Verdaderamente no lograba entender como tenía novia haciéndome estos comentarios. Lo peor, es que la mayoría de mis amigos eran iguales, machistas a más no poder.

- No idiota, ver si funcionamos, algo de ese estilo.

Dicen que una manzana podrida pudre a las demás, ¿será cierto?. A veces me preguntaba si yo era así, ¿eso era lo que quería? ¿acostarme con ella para luego presumirla como un trofeo? No, eso no era lo que quería. Quería ser algo más en su vida que el chico que la utiliza para presumirla a sus amigos, quería encargarme de ella. Quiero ser el causante de sus sonrisas.

Genial..., me estoy enamorando.

Habían pasado casi dos semanas desde la última vez que nos habíamos visto, quería verla de nuevo, moría de ganas por hacerlo, ¿porqué no lo hacíamos?, ambos estábamos en exámenes, simplemente no existía el tiempo para vernos, aún así hablábamos todos los días por teléfono, llamadas que podían llegar a durar una o dos horas hasta que alguno de los dos colgara o hasta que ella se quedara dormida en media llamada. Hablabamos en la noche, era el único momento que teníamos para hacerlo. Entre estudio y trabajo casi no había tiempo.

- Oye, ¿ya cenaste?- pregunto dejando el lápiz en mi escritorio.

- No, de hecho no, debería ir a cocinar.- dijo al teléfono, se podía notar que estaba de buen humor solo con oírla.

Miré el reloj de mi computadora, faltaba media hora para las ocho de la noche, ¿era muy tarde?

- ¿Vamos a cenar.- digo temiendo que diga que no. La linea queda en silencio un par de segundos.

Hey, imbécil [Hey 1] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora