~♡ Jack Dylan Grazer y tú ♡~

24. Halloween

No sabía qué se supone que debería responder.

- Pues, yo - quedé con la boca abierta - no sé qué decir.

- Mierda - suspiró Aaron.

- ¿Mierda?, Sí te lo había comentado - lo miró Chosen.

- Sí, es sólo que - me miró con el rabillo de los ojos - ¿No notas lo incómoda que está?

- Claro que sí, pero tenía que saberlo -  me miró Chosen - ¿Estás bien? Luces pálida.

- No, digo sí, sólo es que todo pasó tan rápido, pero está bien, lo entiendo - sonreí.

- Bien, ¿Quieres venir con nosotros? Iremos a ver una película.

- No lo creo, iré a ducharme y dormir un poco. Pero agradezco la invitación.

- Claro, ¿Irás a la fiesta de Halloween mañana?

- Mierda, lo siento siempre me entero de las fiestas al final - reí - ¿Quién hará la fiesta?

- April, Aaron vendrá, tienes que venir.

- No lo sé, no tengo disfraz - me encogí de hombros.

- Vamos, yo iré de A - guiñó un ojo.

- Sí, y yo iré de vampiro - habló Aaron.

- Suena estupendo - Chosen hacía pucheros, alcé la mirada y dije - veré sí consigo un disfraz a tiempo.

- Genial, te vemos mañana.

- Está bien - sonreí - y gracias por el helado.

(...)

Cuando estaba de camino a casa me crucé con Sophia.

- ¿Qué tal Sophia?

- ¿Qué tal Sophia? ¿No ves cómo voy vestida?

Ella llevaba puesta una bata, pantuflas y calcetines grandes. Caminamos a mi casa y mis padres me abrieron.

- Es verdad, luces como vómito de...

- Hola Sophia - me interrumpió mi madre.

- Hola señora - contestó Sophia.

- Creí que volverías más tarde - dije.

- Si, pero cancelaron mi junta a último minuto - se recogió el cabello - Oh dios, luces terrible, ¿Acaso es fiebre lo que tienes? - se acercó de un salto a ella y nos hizo pasar.

- Sí, estoy terriblemente enferma.

- ¿Qué? ¿No irás a la fiesta de April?

- Nada de fiestas para ella - dijo mi madre mientras tocaba su frente - por otro lado, ____, tú si podrás asistir a esa fiesta sólo si terminas tus deberes.

- Por favor mamá, no tengo 9 años - dije - de todas maneras no iré.

- Eso lo decides tú, cariño - dijo en un tono dulce mientras quitaba sus manos de las mejillas de Sophia.

- Bueno, señora, ¿podría quedarme un rato? - se levantó Sophia - Sólo hasta que anochezca.

- ¿Por qu... - antes de que pudiera terminar de hablar Sophia me golpeó discretamente con el codo en el abdomen.

- Claro, sí necesitas algo avísame, estaré aquí.

- Bien - asintió Sophia - oh, y gracias por la preocupación, ya me tomé unas pastillas.

Mi madre mostró una tierna sonrisa y Sophia me empujó hacia las escaleras. Estaba obscuro ahí así que me detuve para hablar.

- ¿Qué carajos fue eso?