Capítulo 8

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Narra Megan

Lo único que sentía en estos momentos a cada segundo: Dolor...

Desde que mi padre me había encontrado y traído aquí, lo único que hacía era golpearme. Ya ni siquiera sabía cuánto tiempo llevo aquí porque no hay ni un solo agujero que me diga si es de día o de noche...

Mi padre me grita y se descarga de su ira conmigo... ya no soporto esto... me duele tanto... pero a la vez siento una emoción de tristeza aparte de la mía...

Era extraño...

También, las cuerdas que me sujetaban ya estaban dejando marcas en mi piel que dolían demasiado, tanto como los nuevos moretones aparte de los que tenía antes y que no se terminaban de curar. Los golpes de mi padre eran más fuertes y más frecuentes que antes... No me dejaba descansar del dolor ni un momento...

- Ya dime ¿Dónde está tu madre? - Dijo aquel hombre tan despreciable...

Lo miré llorando mientras él sostenía el cinturón de cuero con fuerza.

- Púdrete... - Dije con odio y con un hilo de voz.

Él agarra más fuerte el cinturón y me golpea la espalda desnuda, con tantos golpes ya hasta había desgarrado mi camisa.

- ¡Dímelo! - Gritó y volvió a golpearme.

Yo gritaba y lloraba más fuerte con cada golpe, pero aún así... no iba a decirle nada aunque me cueste la vida.

- Si no quieres tomar el lugar de tu madre más te vale empezar a hablar - Dijo.

Yo no entendía a lo que se refería hasta que a la habitación entró un desconocido con una mirada lujuriosa y me miraba con deseo, pero le entregó dinero a mi padre... ahí entendí... Él la prostituía... y quería hacer lo mismo conmigo...

El hombre desconocido se me acercó.

- ¡No! ¡Aléjate de mi! - Grité desesperada, mi padre me volvió a golpear varias veces y luego se alejó.

- Si no me dirás dónde está tu madre pues será peor para ti... - Dijo y luego se dio la vuelta - Te la dejo, has lo que quieras con ella -

Mi padre salió de la habitación mientras aquel hombre me sujetó con fuerza y comenzó a besar mi cuello y tratar de desgarrar mi ropa aún más. Yo gritaba, lloraba, forcejeaba... pero nada servía estando completamente atada y con alguien aún más fuerte que yo...

Este hombre y mi padre consiguieron destruirme... el desconocido se llevó mi virginidad mientras que mi padre mi libertad... ya no quiero... no soporto más esto...

¡Que alguien me mate de una vez... !

Narra Alex

Los dolores volvieron, pasó una semana y no la pudimos encontramos... ni siquiera cuando fuimos a su casa... allí solo estaba el padre de ella quien decía que nunca la volvió a ver.

El tiempo que estuve allí intenté encontrar su aroma o escucharla pero no había nada... y cada vez que ella sufría yo también lo hacía, ahora solo quiero tenerla conmigo y cuidarla mejor...

Su madre también está muy preocupada por ella, cada noche la escuchaba llorar y pedir al cielo por ella, yo también lo hacía y le rogaba a la Diosa Luna que me diera alguna señal para encontrarla, la quiero conmigo...

No... La necesito... la necesito conmigo...

- ¿No hay algo en su casa que pueda hacer que Alex no la oliera? - Pregunta Lidia, su madre se puso pensativa por más tiempo y tratando de recordar con más ganas pero se queda así.

- No lo sé, jamás pensé que hubiera necesidad para creer eso... pero... - Dice y de la nada se queda callada, nosotros la miramos atenta - Hay un sótano... No sé si tendrá algo que evite tus sentidos pero es posible... - Dice ella mirándome fijamente - Él la encerraba ahí para castigarla - Sigue pero yo gruñí de solo pensar en eso.

Salgo azotando la puerta, me transformé de un salto y corrí más rápido hacia su casa, al acercarme, me paseé por alrededor de su casa agudizando mejor mis sentidos y se escuchan gritos muy leves y golpes.

Rugí y llame a los demás, ellos vinieron conmigo y derrumbamos la puerta, entramos corriendo y buscamos una puerta, vemos por todos lados hasta ver una debajo de las escaleras, la derribé rápidamente y bajamos las escaleras.

El olor de Megan se hace cada vez más fuerte, veo una puerta de hierro y yo me abalanzo contra la puerta para derrumbarla y al hacerlo veo la escena que me hizo hervir la sangre y soltar un rugido de furia.

Había un hombre sobre mi luna tocándo su cuerpo mientras que su padre se mantenía a un lado con un cinturón en mano, mientras que mi Luna... ella lloraba y forcejeaba mientra estaba amarrada completamente...

Pero al vernos ella me mira preocupada y asustada.

- ¡Aléjense! - Dice ella con la voz rota pero yo hice caso omiso y corrí, ella miraba asustada.

Mi vista solo estaba fija en el aquel hombre que se atrevió a tocarla. Salté sobre él matándolo enseguida y quedé sobre Megan y miré a su padre gruñendo pero él saca una pistola y me apunta con ella.

Megan me empuja al momento que su padre me dispara rozando la bala por mi cuello y haciéndome gruñir de dolor pero mis guerreros saltan sobre él. El arma cae a un lado mientras se escuchaban sus gritos de dolor y suplicas, pero mis guerreros no se contenían. Su Luna había sufrido por culpa de ese desgraciado... estaban enojados como yo.

Miré a Megan y ella lloraba y escondía su cabeza entre sus brazos amarrados, yo corrí hacia ella y pasé mi cabeza por su espalda desnuda y destruida... ella se estremeció y después se dió la vuelta como pudo, me vió y empezó a llorar aún más.

Yo me volví a mi forma humana y la abracé con fuerza pero sin lastimarla, con una mano rompí sus ataduras mientras escondía mi rostro en su cuello aliviado por haberla encontrado y tenerla conmigo...

- ¿E..Enserio... enserio has venido? - Dice ella.

- Claro que sí... siempre lo haré... - Dije.

- C..Creí... que no lo harías... creí que moriría aquí... - Dijo con la voz rota y yo la miré y coloqué una mano en su mejilla para acariciarla levemente.

Su rostro estaba lleno de golpes, su labio partido y tenía una cortada en su ceja y parece que la nariz rota...

- Siempre vendré por ti, y si estás en peligro... acabaré con todo aquel que se cruce en mi camino y que se haya atrevido a ponerte una mano encima... - Dije, ella sollozo y me abraza con fuerza, yo correspondí al instante y luego de un momento la cargué.

Salimos de aquel lugar y ella temblaba de frío, uno de mis guardias me entregó un abrigo y yo se lo puse encima y además de transmitirle de mi calor para que estuviera mejor.

Llegamos a la manada y sin decir nada la llevé a la habitación y la recosté en la cama.

- Llama al médico de la manada - Dije a Lionel que había entrado tras de mi, escuché sus pasos alejarse rápidamente, yo me fijé mejor en mi Luna y miré todos su moretones, cortadas y marcas.

Volví a mirarla a los ojos y ella me miraba con tristeza. La abracé con mucho cuidado de no lastimarla y ella me corresponde.

- Lo siento - Dice apenas audible, yo me separé un poco pero sin soltarla.

- ¿Por qué? - Pregunté.

- Por correr de ti... - Dijo.

- Estabas asustada y ver a un chico convertirse en lobo y matar a alguien no ayuda en nada... así que no te preocupes mi Luna... - Dije volviendo a abrazarla.

Tocaron la puerta y al mirar era el médico, salí de allí mientras él hacía su trabajo pero aún así me quedé recostado contra la pared a un lado de la puerta atento a cualquier sonido adentro de la habitación.

MY POSSESSIVE ALPHAWhere stories live. Discover now