9. ¿Es una pesadilla?

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Corrí hasta donde estaba Silver. Todos los niños pararon el juego y corrieron a mi lado, excepto Sonic, quien fue a avisarle a mamá lo que había pasado con nuestro hermano. El erizo plateado gritaba y lloraba, hasta que sus gritos y sollozos fueron cesando, haciéndose casi inaudibles. Mi hermano estaba al borde del desmayo, pero justo en el momento llegó mi mamá.

—¡¿Qué le pasó a tu hermano?!— se dirigió a Sonic, exaltada

—N-nos... Nos perseguía... Y tropezó mami. Te lo juro, nadie le hizo nada, sólo estábamos jugando—

Estaba desconcertado, sin saber qué hacer, ni cómo actuar. Sólo estaba ahí viendo como la cara de mi hermano se llenaba de sangre y poco a poco iba cerrando los ojos. Me sentía ido, y escuchaba un zumbido; a donde volteaba no podía reaccionar. Finalmente Scourge me dio un buen empujón y desperté: corrí hacia dentro de la casa por vendas y a llamarle a papá.

Entré y le grité a mis hermanas, alarmado. Me hicieron caso al instante y fueron a ayudar con la situación del jardín.

—¡Tikal! ¡Amy!, vendas ¡rápido! Silver se está muriendo allá afuera- exageré un poco mis palabras, pero otra cosa en mi mente no aprecia más que esa escena llena de sangre

—¡¿Silver está muerto?!—

—Emm... No precisamente. ¡Rápido, las vendas!—

Llamé a papá y le dije las mismas palabras, que Silver estaba muy herido y que si no llegaba a tiempo, podía pasar lo peor. Pasaron más o menos 5 minutos en lo que tardó en llegar a casa e ir hacia el jardín. Rápido tomó a mi hermano en sus brazos y lo metió a la casa. Buscó por todos lados un paño para apretar la herida y evitar seguir con la hemorragia, y cuando pudo frenarla, nos subió a él y a mí a la camioneta para salir de urgencia de ahí. Nos dirigíamos al hospital del ARK, donde mis papás, por ser personas relativamente "importantes", tenían un seguro para cada hijo y muy buena y rápida atención.

Mi hermano estaba apenas consciente cuando llegamos al hospital. Todo el camino sostuve el paño contra la herida, llenándome completamente de sangre; me encontraba aterrado por ver tanto rojo y a Silver en esas condiciones. Tan sólo llegar, lo internaron rápido y de urgencia, mientras mi papá y yo veíamos de lejos cómo lo llevaban en una camilla. Yo seguía con miedo y manchado de sangre. Otra vez me perdí en mis pensamientos sin saber qué hacer; lo último que pude articular fue: ¿va a estar bien?


Mientras tanto, en otro lado de la ciudad...

Nuestra pequeña reunión tuvo que acabar de la peor manera posible: un herido y grave. Los padres de todos los niños que estaban en la casa fueron por ellos, para así no tener un pendiente mientras mi mamá nos iba a alcanzar al hospital.

—Mami, ¿Silv va a estal bien?— preguntó Amy

—Claro que sí, mi amor. Ya verás que mañana tendremos a tu hermanito jugando y brincando por toda la casa como siempre. Mientras voy a alcanzar a Shad y a tu papá al hospital— suspiró. —Necesito que cuiden bien de Cream, entre Tikal y tú. Y estén al pendiente de estos dos revoltosos— dijo, dirigiéndose a Sonic y Scourge

—¡Claro que sí!— dijeron Tikal y Amy al unísono


De regreso en el hospital...

Estábamos en una pequeña sala de espera, intranquilos, aguardando que nos dijeran algo positivo sobre mi hermano menor. Las horas pesaban y sentíamos que el tiempo no pasaba, el miedo nos invadía a ambos. Logré ir a quitarme toda la sangre que tenía, me hacía sentir completamente incómodo y como si yo hubiese tenido la culpa.

Un búho con una larga bata blanca salió de un cuarto, justo al momento en que llegó mamá, corriendo hacia nosotros. Se dirigió hacia la sala de espera y anunció con una voz grave, viendo hacia una paleta con varias hojas.

—¿Familiares de Silver Dark Rose?— anunció. Nos levantamos al instante

—Aquí. Yo soy su madre, Alice Rose. ¿Cómo está mi hijo, doctor?- preguntó mi mamá

—Necesito que me acompañen a llenar unos cuantos formularios. Ahora entramos a la habitación de Silver—

Los seguí por detrás. Antes de entrar a la habitación, el doctor empezó a platicar con ellos, mientras yo volteaba hacia todos lados, esperando que dijeran que podíamos entrar a verlo. La puerta de la habitación estaba entre abierta, y por ahí lo pude ver: una imagen que me desgarraba por completo. Estaba ahí, acostado, conectado a una máquina y varios cables entraban y salían de su cuerpo; con una venda en la cabeza y una mascarilla. No podía creer que ese pequeñito que yacía en esa enorme cama fuera él.

—Su hijo perdió una cantidad importante de sangre, y dados los resultados de los análisis, este tipo de sangre es complicada de encontrar. Pudimos frenar la hemorragia, su herida era algo profunda; necesitó 8 puntos. Ahora, el niño llegó inestable e inconsciente al hospital, con un traumatismo severo. Me es difícil decirles esto, pero hay que ser rápidos: Silver está muy delicado—

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