La chica que enamoró a los Dixon

CAP 11: Walkers

Mierda.

Glenn había dicho a todos que había caminantes en el granero y Shane se volvió loco, corriendo hacia el granero dispuesto a cortar las cerraduras.

Lo hizo, llamando l atención de todos allí, que corrieron hasta el lugar para tratar de evitar que Shane hiciera aquello.

Shane abrió las puertas y caminantes comenzaron a salir de allí con locura. Todos tomamos nuestras armas y comenzamos a disparar, matando a todos los cabrones. Una vez que terminamos de matar a todos, bajamos las armas para limpiar el desorden.

Entonces se escuchó un gruñido y todos levantamos las armas de nuevo.

Entonces un caminante salió del granero.

Pero no era un caminante cualquiera.

Era la niña, Sophia.

Se escuchó el desgarrador grito de su madre combinado con el llanto de Maggie y su hermana. Robin Hood corrió hacia Carol y evitó que cayera al piso por el llanto. Rick fue quien le puso fin a la niña.

Entonces Carol se fue corriendo, y todos los demás nos alejamos de allí.

Hershel y su familia se encerraron en su hogar y Rick y Shane comenzaron a discutir sobre si ellos ya sabían que allí estaba Sophia y no nos lo habían dicho.

Maldije por dentro al ver a Robin Hood meterse a su carpa furioso.

Porque yo hacía exactamente lo mismo cuando algo me dolía.

Me encerraba en un lugar alejado de todo, me cerraba al mundo y me ponía en modo perra mala.

Decidí acercarme a él, como si me estuviera acercando a una copia de mí, en versión hombre. Llegué a su carpa y me metí allí sin permiso. Él estaba sentado y maldiciendo sin parar.

Al oírme, me giró a ver y comenzó a gritarme que me largara.

–¡Lárgate, estúpida perra! ¡Quiero privacidad! –Gritó.

Entonces me acerqué a él ignorando sus gritos y lo abracé con fuerza, aferrándome a su cuello como garrapata.

Él trató de zafarse y empujarme, pero simplemente no lo solté.

Entonces pareció rendirse, porque dejó de empujarme. Pero tampoco me abrazó de vuelta. No esperaba que lo hiciera, sinceramente.

Acaricié su cabello con delicadeza, y sentí que su respiración con fuerza e calmó un poco, volviendo a la normalidad.

Allí lo solté y lo miré. Su mirada mostraba tristeza e impotencia. No dije nada, porque sabía que las palabras sobraban.

Por alguna razón, sentí que él entendió lo que quise decirle sin que dijera nada en absoluto. M entendió perfectamente con aquella mirada.

Asentí levemente, sin cortar el contacto visual.

Robin Hood asintió, sin decir nada.

Entonces salí de la carpa sin decir más y caminé hacia mi RV, donde me encontré con el mayor de los Dixon.

–Ahora no, idiota. –Murmuré, mirándolo.

Entonces él me abrazó. Igual que yo había hecho con su hermano.

La diferencia era, que yo sí le correspondí el abrazo al calvo sexy. Me sentía triste por ver a aquella niña morir cuando pudimos haberla salvado.

–Gracias, Merle. –Me separé de él, mirándolo con una sonrisa leve.- Creo que deberías hablar con tu hermano, lo necesita más que yo.

–Lo haré. –Asintió.

Entonces se fue.

Una leve sonrisa se escapó de mis labios y me metí a mi RV, para dormir un poco durante la tarde, porque tenía planeado hacer otra cosa durante la noche.