Capítulo 8 - La tía Carmen

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- ¿Annie?

- ¿Que hora es?

- Son las 10:00 am, perdona que te despierte pero...

- Pero tienen hambre no es así.

- Mmm... si, lo siento.

- No te disculpes, iré a ducharme rápido y los llevare con sus tíos. Mientras, ve a cambiarte y dile a  Carlos que también lo haga.

- Si, eso haré. Gracias Annie, eres lo mejor.

Sale dando pequeños saltitos de alegría de mi habitación. Vaya... "Eres lo mejor". Claramente no tiene ni idea de lo que dice.

Me levanto de la cama sin gana alguna, como siempre; y por unos segundos no recuerdo lo sucedido el día anterior, hasta que reacciono de mis fantasías de ensueño y logro centrar mi cabeza a la realidad.

Amelia... Su nombre es tan dulce como sus labios. Labios rojos y carnosos, que al rosarlos se siente una sensación maravillosa, como si flotaras sobre nubes hechas de algodón. Abro el grifo del calentador y el agua caliente comienza a caer sobre mi piel, recorre todo mi cuerpo mojandolo, mientras sucede cierro los ojos e imagino estar en un lugar mejor lejos de mi realidad, de mis padres, de todo. Más sin embargo, está vez solo podía pensar en los labios de Amelia y la hermosa sensación de haber podido besarlos... Por primera vez.

Al salir de la ducha, intento concentrarme en mi realidad por un momento para ayudar a mis hermanos. Aunque de vez en cuando lo que paso con Amelia me regresa a la mente. Abro mi armario y agarro unos jeans que aunque están gastados me gustan mucho usar y una blusa azul marino con la S de Superman, estúpidas películas de ficción. Me pongo los zapatos, me hago una coleta y pues... Esto es lo mejor que puedo hacer por mi. Tomo una chaqueta negra, que aunque pude que no combine con nada de lo que traigo es la única que tengo buena. No es que tenga frío, pero debo cubrir mis cortadas en los brazos, no quiero que mis hermanos las vean.

- ¿Están listos?, Pregunto haciendo una mueca y bostezando porque casi no pude dormir.

- ¡SÍ!, contestaron ambos formando un pequeño coro.

- Bien, tomen sus cosas, no olviden llevar ropa extra no sabemos hasta cuando volverán mamá y papá.

Mis tíos eran buenos con mis hermanos por ser algo pequeños, pero creo que yo no les simpatizaba mucho, que esperaban ¿Que trabaje? Cuando los llevaba solo comía y trataba de robarme algo sin que se dieran cuenta, como provisión, me despedía y me iba a casa. Cuando tenía suerte y robaba algo sentía una gloria, como cuando te ganas la lotería, pero cuando no lograba no comía nada durante todo el día y la noche, intentando hacer cualquier cosa para no pensar en comer.

Din-Don... Suena el timbre de su casa, odio ese estúpido sonido. La tía Carmen abre la puerta.

*Suspira

- ¿Hace cuanto no están?

- Se fueron ayer por la tarde, pero no dejaron nada de comer. Perdona por molestarte cada vez que esto pasa pero...

- No hace falta que me expliques cada vez Annie, entren.

- Gracias...

Pasamos al salón principal, todo esta reluciendo, impecable, parece sacado de una revista o algo así.

- Espero que recuerden las reglas:

- No correr,

- No subir los pies al sofá,

- No gritar,

- No entrar a la cocina,

- No hacer ruido,

- Y sobre todo... No alimentar a Lucifer. (El gato).

- ¡ Sí señora!, repetían mis hermanos sin vacilar.

Como es que a una persona puede obsesionarle tanto tener una casa sin ningún rastro de mugre.

La tía Carmen no logró tener hijos por más que lo intento; según el doctor tía Carmen es estéril. Su esposo, el tío Bob, no pareció afectarle mucho, pues desde un principió no quería tener hijos. Sin embargo a la tía Carmen si. Le dejó una huella para toda la vida.

 - Hace cuanto se fueron sus papás. Pregunto tía Carmen mientras comíamos, lanzándome una mirada acusadora.

*Ya le había dicho... Suspiro.

- Ayer por la tarde.

- ¿Y no les dejó nada de comer?, ¿No te dio dinero? Porque si te dio algo , no tienes porque quedártelo, debes de pensar en el bien de tus hermanos y no solo en ti misma.

*¿Es enserio?... No lo pude evitar ponerme más que furiosa con ese comentario tan estúpido.

- Por favor ¡No empieces! No soy igual a mis papás, si tuviera algo de dinero, claramente lo gastaría en mis hermanos, porque ellos no tienen la culpa de que mis papás sean unos desobligados.

Fijo su mirada directo a mi con una cara de indignación.

- Enserio me contestas así Annie. Yo que soy la única que se digna a cuidarlos, a darles algo digno de comer, porque si no fuera por mi tus hermanos y tú ya estarían muertos, que forma de agradecer es esa ¿Dime? Si quisiera, podría dejarlos en la calle ahora mismo.

*Estaba dispuesta a contestarle pero mi preocupación por mis hermanos me detuvo. No podía arriesgarme a dejarlos sin techo ni comida, jamás me lo perdonaría. Retuve todo el odio en mi y solamente me resigne a contestar:

- Como digas, perdón.

- Valla forma de agradecer.

*Me propuse a no volver a decir nada y solo concentre mis pensamientos en terminar de comer. Así pasamos toda la hora de comida, mis hermanos callados muertos del miedo, la tía Carmen aún con la cara colorada pero callada y yo como muñeca de trapo que se hace más y más pequeña cada vez, silenciosa y con unas ganas de morir.

- Volveré por ustedes lo más rápido que pueda ok.

- ¿Por qué no te quedas?

- Sabes que terminaríamos matándonos con tía Carmen si me quedó aquí.

- ¿ y por qué no podemos irnos contigo?

- Chicos ya se los dije, necesitan comer y yo no tengo dinero para hacerlo, deben quedarse aquí hasta que uno de nuestros padres regrese.

- ¡Toma!

- ¿Qué es? ¿ De donde lo sacaste?

- Cuando fuiste a dejar tu plato a la cocina la tía Carmen nos las dio, se que pasas hambre y quiero que te lleves mi galleta, además ya me llene.

- Gracias Sally, debo irme, cuídense mucho los dos y eviten hacer enojar a la tía Carmen de acuerdo.

- De acuerdo. - Respondieron en coro.

Decidí irme después del almuerzo aproveche a robarme algo de comida mientras la tía Carmen entraba al baño, me despedí de mis hermanos y sin decir adiós a la tía Carmen me marche.

De regresó a casa me detuve un momento en el parque, había una familia muy alegre y estaban jugando, abrazándose, amándose, cosas que yo nunca he podido sentir.

AnnieTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon