CAPITULO 1

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NARRA JIN

-¡Mierda!-exclamé al notar que una pequeña mancha de aceite había caído sobre mi playera. Rápidamente tomé un trapo y lo mojé, para después tratar de limpiar la parte sucia de mi playera. "Seguro esto no se quitará" pensé.

Pude ver que solo la había mojado en vano, sin poder remover el aceite. Suspiré de mala gana y apagué la estufa, para después servirme en un plato los dos huevos y las verduras que había preparado. "Es la tercera vez en la semana que te sucede esto, Seok-Jin". Y es que tal vez la idea de mi madre de comprar un mandil no era tan mala; sin embargo, esto nunca me había pasado.

Por lo general, llego a distraerme con facilidad, pero en la cocina, nunca. Cuando vivía con mis padres, yo era el encargado de preparar la comida, y en las reuniones familiares, realizaba un banquete espectacular. Inclusive mi padre presume a sus amigos de mis dotes culinarios, tanto es así que muchos me han querido contratar para sus fiestas. En fin, que más puedo decir, heredé el sazón familiar.

Observé el reloj y me di cuenta que marcaba las 9:30 am. "¡Doble mierda!", mi clase era a las 10:00 am. Me metí el desayuno a la boca y corrí a mi cuarto a cambiarme de playera. De una roja había pasado a una azul un poco más señida a mi cuerpo, y pude notar como mi espalda se marcaba a pesar de la gruesa tela de la misma. Me coloqué un reloj plateado y me vi por última vez al espejo.

-En verdad, eres mundialmente guapo-dije mientras le guiñaba el ojo a mi reflejo para después salir corriendo del departamento y bajar por las escaleras de emergencia. Esta vez, no podría tomar el elevador ya que tarda mucho en subir, después de todo, había pedido la habitación con mejor vista a la ciudad; por lo tanto, el dueño me dejó el departamento del piso 30.

Después de llegar a la recepción, me incliné, recargando mis manos en las rodillas, tratando de calmar mi respiración y mi ritmo cardiaco. No me considero una persona con mala condición física, ya que suelo correr en las mañanas. Sin embargo, nunca había bajado tan rápido las escaleras, en un tiempo récord de 5 minutos para ser exactos.

Después de recuperarme, volví a correr para salir del edificio. En la entrada, pude ver al hijo del dueño del edificio: un chico alto, cabellera castaña y cara redonda. Lo veía de vez en cuando cambiando los focos del edificio y regando las plantas de la recepción, revisando que todo esté en orden y preguntando a los inquilinos si tienen algún problema. Por lo general, su padre venía a hacer todo eso, pero cuando no podía, su hijo quedaba a cargo de todo.

-Adiós Namjoon-dije al pasar a su lado. Decidí no detenerme para no perder tiempo.

-¡Oh! Adiós Jin-me respondió-¡Pasaré mañana a preguntar si necesitas algo!

-¡Claro, gracias!-grité. Me caía muy bien ese chico, éramos casi de la misma edad y cuando pasaba al edificio, platicaba con él.

Seguí corriendo hasta la parada de autobús y para mi suerte, éste ya venia. Cuando estuve frente a él, subí y pagué al conductor la cuota correspondiente a mi pasaje. Decidí sentarme hasta atrás a pesar de que el camión estuviera casi vacío: solo iba una mujer embarazada y un señor de edad avanzada con unas bolsas de supermercado.

Mire por la ventana y observé el paisaje: el sol bañaba con sus rayos las calles ya llenas de gente; se veía que había brisa, puesto que los cerezos bellamente florecidos se ondeaban ligeramente. Las personas caminaban a paso rápido y por lo que pude ver, iban abrigados a pesar de ser primavera; probablemente el clima estaba fresco. A pesar de ello, yo sentía calor debido a la carrera de mi departamento al autobús.

"Por suerte, llegaré puntual" pensé. El camión se hacía 15 minutos hasta la universidad y apenas eran 9:40. "Menos mal, no me perderé la ceremonia de inicio". Y es que, a decir verdad, no es bien visto que el nuevo profesor de arte dramático llegue tarde, y más cuando las clases apenas comenzarían.

A DANCE FOR TWO || JINMIN ||Where stories live. Discover now