Naruko regresando al colegio

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—¡Oh, te ves encantador, Naruto!-habló con ojos soñadores. —¿No es verdad, Minato?-miró a su esposo a su lado.

Naruto lucía una playera naranja con el logo de una serpiente en negro, encima una chamarra oscura, jean azul y tenis blancos. Sobre el sofá se hallaban cinco bolsas todavía sin revisar con ropa y artículos que el día de hoy tendría que aprender a usar como un chico.

—¡Por supuesto que sí!-sonrió el blondo mayor—Conquistarás a muchas chicas.

—¡Papá, no soy lesbiana!-respondió molesto.

Sus queridos progenitores quedaron boquiabiertos. Era cierto, podía lucir como todo un muchacho pero su mente seguía siendo la de una mujer. Este sería un proceso muy largo.

—Hijo, entendemos perfectamente lo que dices, pero los otros no lo verán así. Ya no podrás quedárteles mirando como antes, y tampoco podrás acompañar a tus amigas cosas que hacían habitualmente.

—¡Oh, Dios, lo había olvidado!-se jaló el corto cabello, espantado—¡Mamá, con esta apariencia no podré conquistar a Sasuke!-se angustió.

—¿Quién es Sasuke?-preguntó Minato a su esposa.

—Es el chico del que gusta desde hace unos años-susurró a su oído, la pelirroja.

—Oh, entiendo. Es comprensible su estado, siendo hombre ahora sus posibilidades de tener algo con ese chico son de cero.-comentó sin malicia.

—¡Papá, no me estás ayudando!-gritó con lagrimones en sus ojos.—¡Sasuke no me mirará! He perdido mi oportunidad...

—Cariño, no llores-lo abrazó intentando consolarlo—Naruto, recuerda mis palabras. Todo pasa por una razón, debe significar algo este gran cambio y puede beneficiarte.

—Mamá, esto no me beneficia en nada-susurró, rodeándola con sus robustos brazos. —Solo me ha empeorado la vida doblemente.

—Hijo, ser un chico tampoco es el fin del mundo. Tenemos nuestras ventajas.-sonrió Minato.

—¿Cómo cuales...?-preguntó en brazos de su madre.

—A pues...-meditó unos instantes sosteniendo su barbilla—No quedamos embarazados, por ejemplo, no tendrás que preocuparte por sufrir nunca un dolor como el parto. Eso me recuerda, tu madre en ese momento casi me deja sin mi mano derecha, me oprimía tan fuerte que la circulación de mi sangre-

—¡Minato, basta!-contestó la mujer avergonzada.

—Es verdad-habló de repente—No podré ser madre-sollozó.

—Pero hijo, siempre te quejabas de los niños. Dijiste que nunca serías madre-le hizo recordar su padre.

—¡Pero si Sasuke quiere ser padre no podré darle descendencia! ¡Se irá con la primera chiruza que ande por ahí! ¡Buuuaah!

—Querido, creo que lo has arruinado-suspiró Kushina, palmeando la espalda de su niño.

—Las mujeres son muy complicadas-murmuró el blondo mayor confundido.

...

...

La noche llegó en un santiamén, habiendo acomodado sus nuevas prendas en el armario rosa provisorio que pronto cambiaria de su habitación, se dedicó esa tarde en cambiar los estantes de perfumería y maquillaje por desodorantes, gel para el cabello y perfume de hombre. Labiales, sombras, delineadores, con lo que amaba estar coqueta en todos momentos, tuvo que recogerlo y meterlo en una caja de cartón junto con pulseras, anillos, aretes y collares. Su madre había tenido el gesto de compararle un reloj pulsera negro que todo muchacho debía portar y hasta maquinitas para afeitarse, aunque no tenía nada de vello todavía adornando su barbilla.

Cambio de GéneroWhere stories live. Discover now