Cebollita

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D i e c i n u e v e

Todos estaban reunidos alrededor de la fogata, Taehyung tenía la cabeza de Jungkook sobre su regazo, por otro lado Yoongi le hacia pequeñas trenzas a Jimin. Los demás estaban encontrando la manera de que la comida no cayera directo al fuego mientras se cocina.

— No estoy muy seguro de que eso resista, —murmuró Seokjin apuntando con su dedo índice a las dos varillas de hierro que hacían de parrilla.

— Estoy seguro que no va a caer, —afirmó Namjoon depositando un pequeño beso en su mejilla para tranquilizarlo.

— Si, Namjoon tiene razón, —apoyó Hoseok con una sonrisa.

— ¡Tengo una idea! —chilló Taehyung.

— ¿Para cocer la comida?

— ¡No! Algo mucho mejor, contar historias de terror.

Jungkook sonrió apoyando la causa, Yoongi rodó los ojos concentrándose de nuevo en las trenzas.

— Eso no ayuda en nada Tae, —refunfuñó Seokjin.

— Pero esto se está poniendo aburrido, —reconoció Namjoon.

— Tengo una historia de terror en donde un ogro de nieve sale de su cueva con una pelota en la panza.

— Entiendo la referencia imbécil, —gruñó Yoongi—, ¿me estás queriendo decir indirectamente que estoy gordo? Ya te quiero ver a ti, un poste con un balón de fútbol en el torso.

— ¡Oye relaja las hormonas!

 
— No le hables así,—chilló Jimin—. ¡Auch! —se quejó cuando se movió bruscamente y su cabello fue estirado sin querer por su novio.

— Quédate quieto y tu, —señaló a Taehyung—, no provoques, podré estar hormonal y gordo, pero eso no evita que pueda darte una paliza que te haga recordar a toda tu estirpe.

— Yoongi ya tenemos que ir a dormir, Cebollita tiene que descansar ocho horas, —susurró.

— Cállate Jimin, ¿Namjoon ya está lista la comida?

— Unos minutos más y ya.

Al final de la noche ninguno contó ninguna historia de terror y terminaron cantando canciones antiguas, cenaron con la comida mal cocinada, pero todos se encontraban contentos, menos Jimin que ya quería ir a dormir, pero no podía si su novio no estaba a su lado.