El reloj de Tul

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Can POV

Ya le había enviado mi foto a Tin, pero no había respondido nada. En verdad me esforcé por verme bien, pero parece que no colmé sus expectativas.

Más tarde era casi Navidad y yo no podía dejar de mirar mi celular.

— Can ¿te encuentras bien?
— Si, ma.
— Es que su novia aún no lo llama. — Esa fue Ley, claramente.
— ¿Novia? —Se asombró mi madre.
— ¡Cállate! No le hagas caso ma, Ley está inventando.

Me fui al balcón. Hasta que se dignó a llamarme.

"Feliz Navi...-"
" ¿Cómo te atreves a enviarme esa foto?"
"¿Eh?"
"Eres hermoso y travieso y es muy temprano para que piense en todo lo que pensé cuando me enviaste esa foto"

Otra vez se hizo presente Can tomate. Sí pensé en verme bien pero tampoco pensé que funcionaría tan bien.

"Feliz Navidad, chiquillo estúpido"
"Feliz Navidad, imbécil"
"Te... Quiero"

Fue al unísono, creo que ambos lo pensamos, pero son cosas que se dicen en vivo y en directo.

"Te extraño, no puedo esperar por verte"

Fue más fuerte que yo, se me escapó.

"Yo también te extraño mucho, bebé"

— ¡Cantaloupe! — Era mamá.

"Ya debo irme. Mamá me llama"
"Por supuesto. Adiós."
"Adiós."

No me gusta cortarle, pero de otro modo, mamá se enojaría. Así que corté y entré para el brindis.

Tin POV

Tul vino a buscarme e ingresó a mi habitación.

— Recuerda —me dijo—. No se puede confiar en ninguno de los guardaespaldas. Ten cuidado con lo que dices...

Genial...

— Y actúa normal. —Suspiré—. Ven ¡vamos! —Me hizo un gesto y sonrió.

Todo esto es MUY raro. No me acostumbro.

Estábamos en un auto que era manejado por un chófer. Era extraño, tenía que comportarme como siempre, por ende, iba callado, mirando hacia afuera. Cuando de pronto Tul dijo que parara. Estábamos en Central Park. Nos bajamos de inmediato. Tul me agarró del brazo con brusquedad y comenzó a conducirme por el parque, yo no entendía nada. Luego de mirar para todos lados me soltó y dijo:

— Creo que los perdimos. —Sonrió—. Bien ¿a dónde quieres ir a comer?

Es muy extraño todo esto, especialmente porque los gestos de Tul y su tono de voz, suenan raro. No como siempre, no distingo su clásica falsedad.

—Mira, Tul. —Comencé— puede que lo que hayas dicho sea cierto, pero no puedes pretender que tire todo por la borda y me olvide del daño que me hiciste.

— Lo sé, lo siento. —Se disculpó—. Por eso quiero comenzar de nuevo, quiero que cambies la imagen que tenías de mi.

Comenzó a caminar y lo seguí. Nos tomamos un taxi. Creo que nunca había venido a esta parte de la ciudad.

— Rock me recomendó este lugar.

Es muy extraño su expresión cuando habla de Rock... comenzó a mensajeaerse con alguien y... y estaba sonriendo. Rayos... ¿Yo me veo así cuando hablo de Can?

— ¡Ah! Es por aquí.

Fuimos. No era nada lujoso ni extravagante. Era un sitio muy diferente a los que Tul iría. Se notaba que iba gente de clase media y que el menú serían cosas cotidianas. Francamente, me asombra muchísimo que sea capaz de venir a este sitio. Se podría decir lo mismo de mi, si no fuese por cierto chiquillo tonto que me ha hecho comer comida callejera...

Adorablemente Estúpido [ Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora