Borroso

2.3K 334 66
                                    

Tin POV

Luego de que el señor Lasang dijera eso, fue como si mi cerebro se hubiese desconectado.

- Papá, déjalo tranquilo.

Me pareció que Nam dijo eso.

- Aún eres joven -el señor Lasang posó su mano en mi hombro- Pero lo agradecerás en un par de años. -Sonrió- Mi hija es inteligente, buena, hermosa y ni tuvimos que arreglar el matrimonio, ustedes se ennoviaron.

Sí, claro... No tuvieron que arreglar nada... ¿O sea que pensaban casarnos de todos modos?

- En un año, ya debería estar disfrutando a mi primer nieto. -Puso su mano en el abdomen de su hija y sonrió. Nam se veía más que incómoda.

- ¿Un hijo? -Yo... No... No daba crédito.
- Tu aún eres joven, pero mi hija ya tiene veinticinco, ya está en edad para ser madre.
- Papá, déjalo. ¡Ni se ha graduado! ¡papá por favor! No lo asustes -lo último era una súplica.

El señor Lasang no se veía feliz, pero hizo silencio.

- Tin, Creo que sería mejor que te vayas. No... No te preocupes por eso del bebé.

Regresé por inercia mi auto. Solo podía ver unas imágenes distorsionadas de Nam y yo casándonos. ¿Hijo? No quiero tener un hijo, aún soy joven, no me graduo, no tuve un buen ejemplo de padre, yo... No puedo tener un hijo. No sé, cuando quise acordar estaba en el centro. Solo quería dejar de pensar en todo. Entré a un pub y pedí alcohol, pero me sentí igual, no me estaba haciendo efecto. Hace tiempo que no bebo, pero solía beber mucho cuando estaba en el internado.

Luego de un rato me fui. El piso se veía extraño pero no dejaba de sentirme mal ni de pensar en iglesia y en hijos: en fotos de revista con mi cara, la de Nam y un bebé. Crucé la calle y fui hasta la plaza que había enfrente. Sería prudente esperar un rato antes de conducir. No es que esté mal, para nada, en mis épocas del internado terminaba peor... Pero se supone que no debo manejar con alcohol en la sangre. No quiero más encabezados relacionados a eso...

Comencé a caminar, no me decidía si sentarme bajo un árbol o en un banco. Pero luego, fui atraído por su voz...

- Can ¿Qué ocurre? -Esa era la voz de Chao.
- Mi novio se va a casar... Con otra persona.

Mi Cantaloupe estaba... Llorando. Me acerqué de inmediato y vi lo que ocurría: ellos estaban sentados en un banco. Chao se levantó de su lugar y de sentó al lado de mi chiquillo estúpido, lo tomó del hombro y MI NOVIO se apoyó en el pecho de alguien más para llorar.

- ¿Cómo puede ser que tu novio se case con alguien más? ¿Quien te haría eso?

Can se separó y lo miró.

- ¿En serio crees eso, P?
- Claro. -Sonrió-. Si yo tuviera un novio tan lindo como tú, nunca lo haría llorar. -Comenzó a secarle sus lágrimas.

Me sentía como la mierda sabiendo que yo fui el culpable de esas lágrimas. Pero ahora me invadía la cólera ¿cómo se atrevía a llorar en los brazos de otro? ¿en los brazos de él? Can ya sabía lo de la farsa... ¿una semana con Chao y ya se olvidó de mi? ¿Soy tan insignificante en su vida? En algún momento sentí mis lágrimas caer y al observar mis manos, se habían lastimado, le había pegado a un árbol.

- ¿Tin? -Era Can, había llegado a mi lado.
- Ni me toques. -Le dije enojado- Vete con Chao ¿una semana y ya me olvidaste?
- Tin...

Vi como Chao se me acercó, pero yo no lo quería cerca, solté algunos puñetazos. No quería que me tocaran. Sentí que me ardía mi mejilla derecha. ¡Maldito! ¡Me había golpeado! Eso me hizo reavivar mis energías. Me paré pero alguien me retenía con fuerza. Mierda ¿por qué está todo borroso? Alguien me tenía atrapado, me agarró con fuerza de la espalda, tomando mis brazos. Pero me movía, pataleé y me solté. Fui directo al maldito que tenía enfrente y le di un puñetazo. Eso me desestabilizó un poco. Una fuerza enorme me tiró al suelo.

- ¡NOOOOO!

Luego de eso se puso todo negro.

Se me partía la cabeza. No recuerdo cuándo fue la última vez que tuve una resaca de esta magnitud. Abrí mis ojos, todo daba vueltas. Una vez que mi vista se enfocó, vi que no estaba en mi apartamento, ni en el anterior, ni en mi casa, ni en lo de Can, ni en lo de Nam... Me dolía todo, la mejilla me ardía. Estaba acostado en un sofá. Cuando me fui enderezando, vi que Can estaba sentado en el piso, contra el sofá, durmiendo. El apartamento en el que estábamos era pequeño. ¿Dónde estábamos? ¿Qué demonios pasó?

Emití un quejido debido al dolor tremendo que sentía en mi cuerpo del cuello para arriba.

- ¿Despertaste? -Sonaba dormido.

Can seguía sentado en el piso. Levantó su rostro de a poco hacia mi lado y vi que tenía un ojo hinchado y una compresa fría.

- ¿Qué ocurrió? ¿Quién te golpeó? -Cuestioné alarmado.
- Fuiste tú. -Respondió dolido.

Adorablemente Estúpido [ Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora