Capítulo 11. Partytime!!

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Max y Alex estaban en el desván. Era una enorme habitación, con una ventana gigantesca, desde la que se veía toda su casa, y parte de las tierras familiares. Estaban jugando al billar, mientras veían la MTV. Era viernes y había pasado toda una semana desde la fiesta de cumpleaños de Toby.

Max seguía trabajando en la casa. La relación con sus padres estaba muy bien. Ya se hablaban con normalidad y se habían perdonado por todo. Le habían ofrecido volver a la empresa. Pero decidió, con madurez, por una vez en su vida, acabar algo. No pensaba hacer eso siempre. Pero mientras se decidía, ese trabajo, le gustaba. Obviamente se le daba fatal. Recordaba haber visto a Samy un par de días por los límites de su finca, mirando cómo trabajaba y reírse de su inexperiencia. Era idiota. Era mala, engreída y terriblemente terrorífica. Y ya no podía decir que fuera por su físico. Había dado cambio radical a su imagen, y ahora estaba incluso mejor que su hermana Gala...

Hablando de Gala, su primo Alex, estaba más raro que nunca. Que Max recordara no había repetido nunca con ninguna otra chica. Pero llevaba meses saliendo con ella a escondidas, y eso no era muy bueno. Parecía ilusionado, pero nunca se podía a hablar del tema con él porque se ponía a la defensiva y salía huyendo...

-Estoy harto de jugar a esto - dijo Max

-Siempre que vas perdiendo te hartas de jugar. - le contestó Alex concentrado en el juego.

-Por eso estoy harto.

Dejaron de jugar y se acomodaron en sus puffs con forma de pelota gigantes. Max fue buscando uno por uno, un canal que estuviera bien en su tele de plasma colgada en la pared. Vivían en una mansión en California y, se iba a pasar el vienes en el desván viendo la tele... ¿qué había sido del Max que no se perdía una juerga?. Alex se limitó a mirar su i-phone y hablar por mensajes con a saber quien.

-Esta noche voy a salir -dijo Alex - Es el cumpleaños de Aly Dawson, la mejor amiga de Gala. ¡Y me han invitado!

-¿Hasta cuando vas a seguir persiguiéndola? - dijo Max sin dejar de mirar la tele.

-¿Por qué no te vienes?, no quiero dejarte ahí. Tío pareces un zombie.... - dijo su primo mirándolo asustado

-No me apetece...Es que no tengo ganas de salir. - Estaba cansado. Aunque era un trabajo sencillo, era muy duro. Requería de un gran sacrificio, y paciencia. Cuidar de todos los cabalos de la finca, que no eran pocos, velar por ellos, y por la propia casa en sí, era agotador.

-Vale, pues quedamos a las diez abajo, en la entrada de la casa. Vamos en tu coche ¿okey? Es que no creo que vuelva contigo...

-¿Pero tú no me escuchas?. Además, paso de ir si de todas formas me vas a dejar solo...

-¡No vas a estar solo! Vamos a una fiesta con mucha gente. Yo luego me voy y tu te quedas allí, solo, pero con la gente de la fiesta.

-No tio, no me apetece....

-Nos vemos a las diez primo - dijo a Max ignorándolo, mirando al móvil y dándole una palmadita en la espalda.

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Samy iba directa a ver la televisión. Pero por el camino se encontró a su hermana Gala, que iba felizmente trotando por el pasillo. Cuando se toparon, Gala le cogió las manos y bailó cantando alguna canción que Samy no conocía.

-¿Quien te ha dado una alegría hoy hermanita? - rió Samy

-Aún no me la han dado, pero esta noche me la darán - le contestó Gala cantando.

En otra ocasión Samy habría pensado que su hermana era una pécora, pero era su hermana y la quería. Además si ella tenía la oportunidad de pasarlo bien, tenía que alegrarse. No todos eran como Samy...

-Hoy es el cumpleaños de Aly, y va a hacer una gran fiesta, donde va a haber mucha gente...

¿Mucha gente?. Eso era lo que Samy necesitaba. Salir a divertirse y conocer gente. No dudó dos veces en preguntarlo:

-¿Puedo ir contigo?

-¿Qué? - Gala paró de agitarse y trotar, y puso una cara atónita

-Sí, por favor. Te prometo que no te avergonzaré, ni haré nada malo. Hasta puedo decir que no te conozco si quieres.... - le suplicó Samy

-No, no lo digo por eso. Creía que no te gustaban ese tipo de fiestas....

-Bueno es que me aburro. Por favor déjame ir contigo.

-Bueno está bien. Como tu quieras. Sólo te aviso de dos cosas. La primera es que mamá nos ha castigado, y no podemos salir. - Cierto. A Samy la había castigado por lo de la abolladura del coche, y más tarde la había enfurecido aún más , contándole lo que pasó en casa de los Eastwood en el cumpleaños de Toby. A Gala... Samy no sabía por qué había sido esta vez. Lo cierto es que siempre estaba castigada... Samy decidió no preguntar. - Tendremos que hacerlo a escondidas ¿de acuerdo?

-Okey, sin problema. - Samy jamás había hecho algo así. Pero ya iba siendo hora...

-Vale la segunda es algo más complicada.... Verás. Alex y Max Eastwood van a la fiesta.

-Espera ¿qué?. ¡No pienso ir si ellos van!. ¿Por qué los han invitado?

Samy y ella se sentaron en el sofá, para seguir hablando.

-Samy no seas así. Una cosa es que sus padres se lleven mal con nuestra madre. Pero ellos son una cosa distinta.

-Ya bueno, no tanto.... - Samy recordó todos sus episodios con Max. Aún no había contado nada, y no pensaba hacerlo. Se moría de vergüenza cada vez que lo recordaba. La última vez que coincidieron, fue un encuentro extraño. Max se portó bien con ella, pero no sabía muy bien por qué.

-Bueno entonces ¿te animas o no? - le dijo Gala

Ir o no ir, esa era la cuestión. Se sentía atraída desde un principio a ir. Pero ahora que sabía que Max iba a la fiesta. Se sentía aún más atraída. En su interior sabía que no debería ir... pero ella quería.

-Sí, voy contigo.

-¡Bien! - gritó su hermana, que la aplastó en un abrazo. - Vale, pues nos vemos a las diez en el pasillo de arriba, saldremos por la puerta de la cocina.

-Vale. Yo me ocupo de que el coche esté listo.

-Genial. ¡Por cierto! ¿que te vas a poner?.

-Eh... no lo sé.

-¿Cómo que no lo sabes? ¡Samantha Stewart! como me avergüences....

-¡Que no! - dijo Samy en tono cansino

-Vale... Bueno, ¡hasta luego!

-Adiós - le dijo Samy con una sonrisa tonta en la cara.

Samy observó a su hermana levantarse del sofá y subir las escaleras. Lo cierto era que le había hecho una muy buena pregunta.... ¿qué iba a ponerse?. Apagó la tele y subió a su cuarto.

Se metió en su armario, y se sentó en su diván blanco, estilo griego, observando toda la ropa colgada en la perchas. Su hermana y ella habían ido, como acordaron, de compras, y había renovado completamente su armario. Toda su ropa anterior, había sido donada a la caridad. La Samy formal y recatada a la hora de vestir había... muerto. Ahora tenía ropa sencilla y modera, pero aún así, todavía no sabía lo que era normal ponerse para ese tipo de fiestas... Se tumbó totalmente en el diván, y pensó durante horas....

No eres tú; Tampoco soy yo; ¡SON ELLOS!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora