Capítulo 3

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Una vez que le prometí a Karen que le presentaría a Clark luego, ella me consiguió ropa para Clark. Así que iba por toda la colonia cargando una caja con ropa. Quién iba a decir que estaría buscando ropa para mi esposa. Yo... casada. Aún me cuesta creerlo.
Me acerqué al identificador y marqué mi huella. La puerta se abrió lentamente y noté que seguía dormida. Deposité la caja con cuidado para no despertarla cuando me llamó la atención su respiración. Fruncí el ceño al escuchar que balbuceaba, notando que estaba teniendo una pesadilla.

 Fruncí el ceño al escuchar que balbuceaba, notando que estaba teniendo una pesadilla

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"No... John. No me dejes sola..."

Fui hasta ella al ver que lloraba y me senté al borde de la cama. ¡No podía dejar que sufriera dormida!

"Clark, despierta... Clark..."

Con mucho cuidado la moví hasta que se despertó. Al verme y darse cuenta dónde estaba, suspiró y ocultó la cara entre sus manos.

"Tranquila, era un sueño. ¿Estás bien?"

Me asintió y la ayudé a sentarse en la cama.

"Estaba soñando con John."

"¿Tu novio?"

"Ex novio..."

Dolor y enojo salieron de sus labios junto a esas palabras y me pareció extraño. El tono en su voz me dio una señal de alerta que no ignoré, la ingresé como nota mental.

"¿Soñabas con el día que desapareció?"

Me miró dudando y tragó saliva. Miró las sábanas y vi una lágrima asomar sus ojos.

"No quiero hablar de eso."

La lágrima cayó y sus labios temblaban, anunciando tristeza. Usé mi mano para limpiar su lágrima pues me incomodaba ver que alguien llore y le sonreí como pude.

"Ya no llores... Mira, te conseguí algo de ropa. Me daré un baño y luego podemos ir a merendar al comedor. ¿Te gusta la idea?"

Me asintió sin fuerzas para hablar y me moví hasta la ducha.

"Vístete mientras me ducho, saldré en unos minutos. ¡Ah, puedes guardar la ropa en el armario si quieres!"

Me fui a bañar y la dejé eligiendo ropa, luego de tomar la mía del armario.

Me quitaba el jabón cuando sentí un grito y salí corriendo sin pensarlo dos veces. Clark tenía el armario abierto y había abierto el cajón donde tenía escondido el consolador que Aron me regaló. Comencé a reírme y me miró asustada.

"¿Qué es eso, Lexa? ¡Oh, por Dios! ¡¡Estás desnuda!! ¡Cúbrete!"

Saqué una toalla del baño y me envolví. Luego me acerqué al suelo y le enseñé el aparatito en forma de pene con una sonrisa.

"Esto se llama consolador. Me lo regaló Aron como broma pesada hace años por mi cumpleaños."

"¿Y para qué sirve?"

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