CAPÍTULO 1

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Jeon Jungkook no era cualquier chico de universidad. Él era aún peor que todos ellos juntos, la reencarnación del diablo mismo, aunque sin cuernos y con un físico que dejaba a cada chica con la que se topara babeando por él.

Tal vez ellas no sabían que su relación más larga había sido una noche o simplemente gozaban de un pensamiento tan errado que consideraban casi un privilegio ser tomadas por el "galán de la universidad". Y de una u otra forma lo era, chicas y chicos morían por aquel pelinegro.

--Kim Taehyung, he pasado un mes esperando tus llamadas --habló la voz inconfundible de SooYoung a su lado--. Supe que saliste del país, pero no es excusa --murmuró la castaña, fingiendo enojo, pero envolviendo sus brazos alrededor del pelirrojo.

--También te extrañé, Young.

--¿Ya viste eso? --interrogó la chica, tomando su brazo y arrastrándolo hacia una de las paredes del establecimiento cuando este negó. Una cartulina amarilla y fosforescente que resaltaba entre las grises paredes del lugar se mostró ante sus ojos.

Taehyung dio una mirada desaprobatoria a aquel trozo de papel que al parecer definía lo popular que eras o la falta de neuronas en tu cerebro.

Se trataba de una lista de todas las "ofortunadas" que habían tenido una noche con Jeon Jungkook. Aquellas que ahora sonreían triunfantes frente al grupo de ineptos que preferían ser aplastados que ser privados de mirar aquello.

Momento en el que Jeon Jungkook y su asquerosa aura de superioridad se hizo presente, aproximándose al ver tal alboroto y empujando sin previo aviso al montón de personas que le impedían libremente llegar a su destino, provocando que Taehyung trastabillara y cayera al suelo, al igual que otras dos jóvenes que solo pasaban por allí.

--¡Oye, idiota. Fíjate por dónde vas! --gritó el menor con la sangre hirviendo dentro de su cuerpo. ¿Cómo podía ser tan desconciderado? El pelinegro chasqueó los labios en molestia al verse interrumpido cuando estaba a punto de besar a Kim Jennie.

--¿Me llamaste idiota? --sonrió, levantando una ceja hacia el menor, a quien no podía importarle menos si el mayor parecía molesto.

Aunque a diferencia de él, todo el mundo en la universidad sabía lo intimidante que la mirada de Jungkook se tornaba cuando alguien decidía contradecirlo.

--Idiota, eso dije --Taehyung sonrió de igual forma y no lo pensó dos veces antes de reunir todo su coraje y avanzar amenazante hacia el mayor, quien soltó una risotada ante su irritable comportamiento mientras sus manos se volvían puños, esperando por hacer de ese lugar su propio espectáculo.

--¿Qué te resulta divertido? --preguntó el pelirrojo, y Dios si quería borrar esa tonta sonrisa del rostro contrario.

--No tienes ni el más mínimo temor al retarme de esa forma cuando con solo chasquear los dedos puedo hacer de tu vida la más desgraciada.

--¿Por qué debería sentirlo de alguien tan insignificante como tú?

--Eres todo un valiente, ¿o no? --habló Jungkook, estrujando la camisa de Taehyung en sus dedos y atrayéndolo hacia sí con brusquedad. Y a decir verdad, el pelirrojo era bueno hablando y su masa corporal era la adecuada para algunos deportes, pero no para ofrecer una buena pelea.

--¿Qué quieres? --intentó alejarse del pelinegro, pero frente a la presión que este ejercía, le fue imposible.

--Soy mayor que tú, mocoso --Jungkook volvió a sacudirlo.

--Vaya, lamento tener que decir esto, pero la diferencia de edad no te hace justicia.

El mayor no se contuvo a estrellar su puño contra el rostro del pelirrojo, quien recibió aquel golpe sin inmutarse y solo sonriendo burlón en respuesta.

Y cuando dos de los amigos de Jeon quitaron aquella cartulina que ya llevaba allí el tiempo suficiente para exhibirse, Jungkook supo que tenía los minutos contados antes de que alguna autoridad se asomara por el pasillo.

Taehyung sintió el aire hacerse nulo, impidiéndole respirar con normalidad cuando las manos del contrario oprimieron su cuello. Sabía lo que le esperaba, al menos pudo intuirlo cuando el mayor golpeó su estómago por primera vez, sosteniéndolo contra los casilleros y no deteniéndose aunque viera sus piernas temblar.

¿La razón? A Jeon Jungkook no le agradaban demasiadas personas y menos aún si tenían una orientación sexual diferente a la suya.

El mayor volvió a sacudirlo, asegurándose de golpear su cabeza en la superficie, haciendo que todos los presentes se estremecieran. Un golpe tras otro.

Y bueno, Taehyung no podía hacer más que sangrar, recibiendo los golpes que pronto se volverían hematomas, su nariz bañada en sangre y el dolor en su cabeza intensificándose y haciéndolo perder el equilibro mientras oía a su amiga luchar con dos sujetos que le impedían acercarse demasiado.

Sea como sea, el menor no iba a rogar por su vida porque sabía que Jeon no era ningún matón y dejarlo en el hospital unos días era lo único a lo que podía llegar.

--¿Te sientes más hombre ahora?
Supongo de todas formas no lo eres.

Jungkook se apresuró a lanzar otro golpe al lastimado rostro del chico, satisfecho al notar que apenas pudo sostenerse cuando aflojó el agarre que mantenía en su camiseta.

Era suficiente, sus amigos y él debían irse antes que su padre...

Jungkook bufó ante la mirada histérica del director Jeon, quien fulminó a su hijo y frunció el ceño ante la escena que se mostraba ante sus ojos.

El pelinegro casi pudo oír sus dientes rechinar cuando con una sola mirada supo que debía seguirlo al interior de su oficina.

--Tu comportamiento es tan inaceptable. ¿Debería enviarte a una correccional? --preguntó su padre mientras alineaba unos papeles sobre su escritorio. Él realmente estaba ocupado y tener que lidiar con la pésima conducta que Jungkook siempre había mostrado era algo muy agotador.

--Él lo provocó, yo solo...

--No tendré otra opción más que mandarte a ese lugar, Jungkook. Haz que ese chico acepte tus disculpas y entonces quizá puedas hacer que cambie de opinión.

--No puedo hacerlo, papá.

--En ese caso, resígnate a no cometer más errores o alista tus maletas para partir a Busan.

El menor salió del lugar, dando un fuerte portazo y oyendo a su padre maldecir en pequeños murmullos. Caminó por el largo pasillo hasta llegar a la cafetería.

Por ahora, Kim Taehyung había acaparado su total atención. Es decir no pudo verlo doblegarse ante él y fue interesante ver cómo resistía a sus golpes. Tanto coraje, Kim definitivamente era alguien interesante.

Y quizá tenía la necesidad de saber hasta dónde era capaz de llegar.

CLOSE YOUR MOUTH //KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora