Capitulo 4

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Kirishima

El desastre acabó, no puedo moverme, estoy impactado, Bakugo me mira por encima del hombro, por un momento siento que el tiempo se detiene y ambos nos miramos fijamente sin apartar la vista del otro, él sonríe y camina hacía mi, pienso que me dirá algo, pero sigue caminando y me ignora, me levanto y muy indignado le hablo. –¿Cómo hiciste eso?, apagar mi fuego –Pregunto.
Bakugo se queda en silencio, voltea y con una expresión más seria responde –Es normal, el fuego nos pertenece, pero no controlarlo hará que el fuego se vuelva independiente y termine quemando todo a su paso como cualquier fuego normal –Explicó.
–Mi fuego no es normal –Interrumpí.
–Me di cuenta, suele crecer si el poder de su dueño es grande.
–Entonces, soy fuerte –Dije mientras comenzaba a sentirme entusiasmado.
–¿No sabías algo tan obvio?—Replicó—Los Elegidos debemos ser capaces de seguir controlando el fuego aún si no está en nuestras manos, no hace falta que un idiota cabello de mierda se crea la gran cosa solo porque su fuego se salió de control. Fue lo último que dijo Bakugo antes de irse.

No lo entiendo, fue grosero, aunque entendí a su manera que esto es algo que pudo ocurrirle a cualquiera, no es tan intimidante como dicen, aunque su voz rasposa y mala actitud muestre lo contrario. –Entonces... soy normal –Susurré.

–Ni siquiera intentes ser amigable con él, es un caso perdido, nunca nadie ha podido acercársele sin ser insultado o humillado por sus fuertes palabras, aunque bueno, debe ser esa personalidad tan peculiar que lo hace tan buen Elegido –Comentó el Elegido.

Él seguía a mi lado, por alguna razón más relajado y tranquilo que antes, miré su abdomen y su mano seguía apretándolo.
–¡Lo siento! había olvidado las quemaduras, deberíamos tratar las heridas –Sugerí.
–No te preocupes, yo mismo haré algo al respecto, además, los otros chicos deben sentirse frustrados por no haber hecho nada, míralos, será mejor que hable con ellos. Explicó antes de empezar a moverse.
No me había dado cuenta, todos están cabeza abajo, apretando sus puños y estresados.

–No es justo, no pudimos hacer nada, solo escapamos como cobardes, si tan solo supiéramos usar nuestro fuego habríamos podido ayudar –Mencionó Iida rechinando los dientes.

No pensé que esto les afectaría tanto, todo es mi culpa, Bakugo dijo que es normal que el fuego se descontrole si no sabes utilizarlo lejos del cuerpo, aunque también dijo que la intensidad de las llamas depende del poder que tenga el Elegido, entonces, si lo que dijo es verdad, ¿seré un Elegido fuerte?, algo así mencionó el Gran Elegido cuando causé aquel desastre en la ceremonia de iniciación y lo quemé sin querer.

Miré mis manos por unos segundos y luego caminé hacia el Elegido.
–¡Espera!—Lo llamé acercándome a él—¿Cree que el Gran Elegido tenga razón con decir que estamos cambiando? –Pregunté.
Él me mira con una expresión muy seria, suspira y responde. –No le digas a nadie lo que voy a decirte, pero, yo no creo en las palabras del Gran Elegido.
Después de haber dicho eso me dio la espalda y siguió caminando.
¿Por qué me dijo algo así?, ¿acaso es posible no creer en las palabras del Gran Elegido?, ¿es posible dudar del Gran Elegido?, jamás se me hubiera ocurrido, pero, ¿por qué decirme algo así?, siendo uno de los Elegidos más poderosos que no crea en el Gran Elegido es inesperado.

Elegidos

En medio de la niebla se esconde una cueva, los Elegidos llegan, uno de ellos se acerca y tocando las piedras que la rodean se abre una puerta dando paso a los Elegidos para que ingresen, adentro hay un delgado río, no es profundo, llega a los tobillos y el agua es cristalina, del techo caen gotas, los Elegidos siguen caminando hasta salir de la cueva atravesando una cascada.

En frente de ellos, se encuentra un enorme escenario de piedra, el ambiente es sombrío y huele a cenizas, el viento es fuerte, los Elegidos se colocan en medio de aquel redondo escenario y unos símbolos se encienden como pequeñas flamas alrededor de ellos, en lo alto hay rocas simulando ser tronos, los Elegidos esperan, pasa una ráfaga de viento y en los asientos vacíos de aquellas rocas aparecen Elegidos con fuerte presencia, ocultando sus caras detrás de máscaras con forma de cráneo de dragón, traen adornos encima y tienen cicatrices por todo su cuerpo, también varios símbolos pintados en la espalda.
El aire se siente pesado y un rayo de luz apacigua la oscuridad de la niebla, nadie dice nada, siguen esperando y otra ráfaga de viento pasa, apareciendo esta vez el Gran Elegido en medio de todos.

Discretion (fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora