Capitulo 44. Claro que quiero.

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Narra Lia.

-Enano!- digo dejando las maletas a un lado y corriendo hasta el pequeño de la familia.

Cuando llego hasta el lo cojo en el colo y lo abrazo fuerte.

-Me vas a aplastar!- dice el niño separándose un poco.

Suelto una carcajada.- Sino me das un abrazo no tendrás tu regalo.- digo haciendo una mueca.

El niño me abraza y doy un beso en su mejilla. Camino hasta donde había dejado mis maletas y con el niño en el colo, las cojo.

-Y Izan?- dice Austin.

-Pues...- digo mirando todos los lados del aeropuerto.- Se ha tenido que ir, quieres que vayamos cuando dejemos las cosas en casa?

-Si!- dice sonrriente.

Saludo a mis padres con un beso y un abrazo y después de media hora, llegamos a casa.

-Nos vamos ya?- dice Austin cuando entramos en la casa.

-Ei! Espera!- digo riendo.

Subo las maletas al piso de arriba y entro en mi habitación, el armario estaba un poco vacío y todo estaba muy ordenado, más de lo normal. Una caja negra con un papel sobre ella está sobre la cama. Dejo las maletas a un lado y me siento sobre la cama como un indio.

Aparto la nota a un lado y abro la caja intrigada, retiro unos papeles negros y saco de la caja un vestido, era el mismo vestido que el que había visto en la tienda de Nueva York.

Vuelvo a dejar el vestido en la caja y leo la nota.

Nota:

Supongo que no pensabas encontrarte este vestido en tu habitación, ni que desapareciera del aeropuerto sin despedirme.

Ha costado un poco que no te dieras cuenta del vestido después de pasar dos días en mi habitación.

Aunque habías dicho un Si, no está mal, sabía que lo querias asi que lo de ir por comida fue una buena excusa jajaja. Espero que te guste y lo pongas un día en el que estea contigo.

Te quiere, tu sexy amigo.

Dejo la nota guardada en la caja con el vestido y bajo las escaleras de la casa de dos en dos.

-Vamos!- digo cogiendo a Austin como un saco de patatas.

-Ya?- dice el niño ya fuera de la casa.

Cojo a Austin bien en el colo y camino hasta la casa de Izan, timbro una, dos...veces hasta que la madre de Izan, Raquel, me abre.

-Hola, Lia!- dice sonrriente.

-Hola! Está Izan?- digo sujetando bien a Austin.

-Si, pasa, le diré que baje.

-Me tengo que ir ya, solo será un minuto.

-Está bien, le aviso ahora.

La mujer desaparece y poco después Izan llega a la puerta.

-Ya me extrañas?- dice Izan riendo.

Suelto una carcajada y Izan coge a Austin en el colo.- Gracias por el vestido.

-De nada, te quedará perfecto. Un vestido perfecto para una chica perfecta.

Una sonrrisa aparece en mi rostro y doy un beso en la mejilla de Izan.

Una semana después...

Narra Lia.

-Has mirado bien?- digo nerviosa apollada en la pared de delante del baño de chicos.

¿Enamorada de él?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora