CAPÍTULO 7

366 19 0
                                    

Odio matemáticas. 

Odio Historia. 

Odio a los maestros. 

Odio el colegio, sus pupitres, sus salas. 

Los odio a todos. 

llevo leyendo el mismo párrafo cinco veces. No, menos, ¡como diezz! y aún no he podido entender lo que dice. Odio esto de estar leyendo algo que no me interesa. 

¿Lo bueno? En una hora saldremos por fin a descanso. 

¿Lo malo? solo vamos dos lecciones, de cinco. Agh. 

Este día está eterno. Leo una vez más el párrafo y nada. 

Ian. Ahora que lo recuerdo, no lo he visto, aunque un 60% de la razón, es que lo estoy evitando. Amigos, solo amigos... me besé con mi amigo. Aunque no me arrepiento, besa tan bienn. De solo recordar su beso mi estómago se contrae. Necesito otro de sus besos. 

- Señorita campbell, ¿Se encuentra bien? - Miro hacia esa gruesa voz que me habla, Mierda. El sr Davis. 

- Sr Davis, ¿hace cuanto está ahí? - Le sonrío - Estaba tan concentrada que no me di cuenta en que momento llegó, ¿Le colaboro en algo? Estoy muy bien, gracias por preguntar - estoy hablando demasiado rápido - Aunque ahora que lo menciona, necesito ir al baño, ¿Necesita alguna copia? ¿ le puedo colaborar? - Hasta yo me sorprendo. ¿Desde cuando hablo tan rápido?

- Si estaba tan concentrada podría explicarme el párrafo que leyó - MI.ER.DA. - Aunque pensándolo bien, sí, necesito que me saque unas copias. Sígame. - Alto ahí. ¡Los milagros existen! me he salvado de otra larga hora. Lo sigo hasta su escritorio y el me entrega dos copias. Miro a mi alrededor y recibo una que otra mirada de odio. Lo sé, soy libre por unos minutos. - Vaya, saque 25 copias. Señorita Perkins, explíqueme lo que entendió del párrafo. 

Doy media vuelta y salgo del salón antes de que se arrepienta. Debo demorarme sacando estas copias. 

Cruzo por el aula 25B, es donde debe estar Ian. Sí, accidentalmente miré su horario y sus aulas. No soy una acosadora, pff, ¿Quien lo dice? 

Miro dentro del aula disimuladamente y no lo veo, que raro. Sigo caminando. Paso por la puerta de la salida, que de milagro está abierta; de aquí se puede observar todo el  verde campus, me detengo, aunque no sea mi destino, donde se sacan las copias está al otro lado de estos inmensos bloques, hasta creería que es una cárcel. 

Entra una suave brisa y cierro mis ojos, dejándome invadir por esa sensación de tranquilidad. Aspiro. Es magnífico sentir esa paz, esa que diariamente no siento por miedo a que me encuentren. 

Algo me dice que no confíe en Maickol, es algo raro que apareciera de la nada. Aunque debo confiar, tiene la marca del protector, no creo que la traicione. Es muy sagrada. 

Alguien se acerca. Abro mis ojos, pero no alcanzo a reaccionar ya que soy halada del brazo y me encierran en una aula. Cierran la puerta y le echan seguro. 

-¿Quién te crees idi...?- No termino la pregunta. Ian Pierce está frente a mí más guapo y sexy que nunca. Comienzo a mirarlo sin pudor alguno de la cabeza a los pies. Su cabello está muy bien peinado hacia atrás, sus labios están rojos y los veo mas carnosos, tiene una chaqueta de cuero negra y aunque no me crean, remarca sus increíbles bíceps; sigo bajando la mirada hasta llegar a su muy bien marcado bulto. Hasta creo que estoy babeando. 

- ¿Idiota? - Al preguntar, me trae de vuelta al mundo. Miro sus lindos ojos, sé que está evitando reír. Le gusta que lo mire así. Aunque él está haciendo lo mismo. Solo tengo puesta una falda negra con medias del mismo color, unos botines de tacón corto y una blusa de mangas largas con bandeja. No me veo sexy ni nada por el estilo, solo muy yo. 

Solo AmigosKde žijí příběhy. Začni objevovat