CAPÍTULO 8

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-¡Carajo!- susurro. Mierda. Mierda. 

Ian se pone de pie y yo hago lo mismo. 

-Rosaliee- escucho a mamá subir las escaleras. Ian ya se ha acomodado su pantalón. Agarro mi toalla que se encuentra en el piso y la amarro a mi cuerpo de nuevo. Corro hacia la ventana, no se ve tan alto. 

-Tendrás que saltar - le digo a Ian casi en un susurro. Él abre sus ojos y creo que se van a salir. - No te va a pasar nada Ian, no hay tiempo - asiente. No lo dejaré caer tan fuerte. 

Mamá ya está más cerca. Ian saca una de sus piernas mientras se sostiene del marco de la ventana, luego la otra, pero antes de tirarse me mira y guiña su ojo, idiota. 

Ian salta, pero levanto mis manos y controlo la velocidad de su caída, haciendo que flote suavemente. 

-Rosalie - mamá golpea la puerta. 

- Mamá, me estoy vistiendo - corro y saco mis bragas, un short, una blusa de tiras, y mi jersey negro. No utilizaré ese fastidioso brassier.

- Rory, saldré de nuevo hija - me visto súper rápido y abro la puerta aún descalza. 

- Oh, ya veo mamá.

- Quiero que estés pendiente de Sav que está en casa de una de sus amigas - esa no se las creo. Pero quiero ir  a la casa de Ian, hablaré con él. Esto no puede ir más. 

- Eh, mamá, tengo hambre - le señalo mis dientes para que entienda a lo que me refiero, aunque sea mentira - Así que saldré a casar, no sé cuánto demore. - trato de ser convincente, no me gusta convencer a mamá utilizando mis poderes. 

-Está bien, debes tener mucho cuidado - toca mi mejilla y siento su calor, ese calor especial, esa conexión que se crea con tú madre, es única, reconfortante. 

-Lo tendré mamá. Te quiero- Beso su mejilla, ella sonríe y da media vuelta para irse. 

Busco mis botines negros y me termino de arreglar con más tranquilidad. 

Miro la hora,  cinco de la tarde, puedo estar bastante tiempo fuera de casa, no me dirán nada. 

Salgo de casa y me dirijo hacia la de Ian, ojalá se encuentre allí. 

Camino tranquilamente y recuerdo que se acerca el baile de bienvenida, las chicas y yo iremos a comprar nuestro vestido. Sav está muy emocionada por ese dichoso baile, lo que no sabe es que no se pierde de gran cosa, es incluso aburrida. 

Llego a casa de Ian pero hay unos ruidos extraños y la puerta se encuentra medio abierta, ¿Ian estará bien?. Abro la puerta y entro, todo está en su lugar, pero sigo escuchando ruidos extraños; agudizo mi oído y son...¿gemidos? 

No. Ian...

Mi corazón late con fuerza, los gemidos provienen de la cocina. Me acerco a ésta y encuentro a Ian besando a ¿Nathaly?. No, es un sucio. 

Pero, ¿yo en que estaba pensando? si es el gran Ian Pierce, el campeón en ser mujeriego. Las personas no cambian. 

Observo la escena, es chistosa, pues se están besando exageradamente y ni se diga de los gemidos de Nathaly, doblemente exagerados. Parecen sentir mi presencia, pues Ian levanta su mirada y deja de besar a Nathaly cuando me observa, ahí de pie como una estúpida. 

Abro la boca pero no me salen palabras. Nathaly mira el motivo por el cual su galán se detuvo. Yo. Lágrimas quieren aparecer, pero hago salir a mi yo fuerte y algo perra. 

-Aprende a cerrar la puerta - le digo decidida y con el mentón elevado, no quiero que sepa que me afecta lo que veo. - Te pueden robar los sillones donde follas con cualquiera cariño - doy media vuelta. No quiero ver a Ian jamás. 

Solo AmigosWhere stories live. Discover now