Capítulo 1.

231K 13K 1K
                                    





Habían pasado dos cursos desde que fui humillada ante el chico que pensé que me gustaba. Durante todo ese tiempo planeé como vengarme de él; como ver el sufrimiento que yo sufrí; y lo más importante, quería que se diera cuenta que era como los demás, otra persona que podía llorar por amor.

Mis padres me enseñaron que la venganza solo traía graves problemas. Y ya no me importaba lo que me podía pasar a mí, solo quería devolverle el sufrimiento de cada persona que cayó en las manos de Wade Tucker.

Sabía que de alguna forma yo acabaría mal, pero de momento estaba preparada para todo.

—Es el momento —escuché detrás de mí.

Con mi rostro reflejado en el enorme espejo de la madre de las gemelas, sonreí; ya no tenía la horrible ortodoncia que arregló mis dientes. Tampoco estaba la chica que Wade conoció físicamente. En ese largo tiempo intenté cambiar.

Y lo conseguí.

— ¿Crees que tener el pelo largo...?

—Paso número uno —levantó el dedo Ava—: Llamar la atención de Wade.

Y llamar la atención del quarterback era seguir cambiando físicamente hasta conseguir a la mujer perfecta que bloquearía los más profundos sentimientos del chico que me arruinó el baile de otoño.

Tiraron de mi cabello, recogiéndolo para ponerme extensiones. Mi corta melena castaña estaba más larga, podía sentir como los mechones rozaban mi cintura.

—Lista.

—Gracias —agradecí a su madre. —Tenemos que ir al instituto, o llegaremos tarde.

Recogí del suelo la cartera, y me levanté inmediatamente de la cómoda silla que ocupé durante una hora y media. El reloj marcó las ocho de la mañana, y salimos corriendo para no perder el autobús.

Era nuestro último año escolar, el definitivo para acabar todos en la universidad.

Se rumoreaba que iba a ser el mejor año para el equipo de futbol; porque supuestamente Wade Tucker los estaba llevando a la victoria.

—Wade tiene novia.

— ¿¡Qué!? —no me importó que todos se giraran ante mi grito.

—Cálmate, Kiara. No eres la misma que antes — Doris movió su cabello caoba—, ni siquiera te reconocerá.

Reí nerviosamente.

—Eso no me preocupa. Me preocupa que al tener novia no pueda acercarme a él. Y, ¿Cómo me vengaré entonces?

Recordé el primer paso:

1-Llamar su atención.

Respiré hondo, y cuando llegamos al instituto bajé lo más rápido posible para evitar los saludos después del corto verano que habíamos tenido.

La falda se moldeó contra mis muslos por el fuerte aire que se levantó, y corrí para refugiarme en el interior. El pasillo ya estaba lleno de alumnos delante de sus correspondientes taquillas. Las gemelas se quedaron atrás, y yo avancé en busca de la número (358).

Mis dedos se pasearon por las metalizadas puertas cerradas, y miré cada una sin darme cuenta que alguien se acercaba corriendo; me di cuenta cuando me golpeó y él mismo evitó tirarme al suelo.

Rodeó mi cintura con su fuerte brazo, y sentí la presión de su pecho contra el mío. Sus claros ojos se posaron sobre los míos oscuros, y vi como lentamente movía sus finos labios para saludarme.

—Hola —nunca me había sonreído de esa forma—. ¿Nos conocemos?

Lo aparté de mi pecho, presionando mis manos sobre su cuerpo.

—No.

Respondí secamente sin sentimientos.

—Soy Wade Tucker. El quarterback del equipo —guiñó un ojo—, el número 97 que todas las chicas tienen dibujado en sus carpetas o escotes.

El imbécil había comenzado a ligar conmigo incluso teniendo novia.

—Mi nombre es...No te importa —no me reconocía, ni siquiera en el tono de mi voz—, la chica que te va a cruzar la cara como no me sueltes el trasero. —Había bajado su mano desde mi espalda, hasta caer un poco más—Así que hazme el favor de apartarte de mí, quarterback.

No se apartó, pero mis manos lo alejaron de mi lado.

— ¡Al menos dime tu nombre!

Escuché de fondo.

Y con una sonrisa respondí:

—Soy Kiara —caminé alejándome de él—. Prepárate, porque te voy a destruir, Wade.



QuarterbackWhere stories live. Discover now