Capítulo 29 | Desesperación

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¿Alguna vez has sentido un vacío que crece en ti cada segundo?

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¿Alguna vez has sentido un vacío que crece en ti cada segundo?

Es lo que llevo sintiendo estos últimos tres y largos dolorosos días. Me duele tanto pensar, ya casi en las noches no logro dormir pensando en ella, debe estar pasándola horrible y me siento como un inútil al no poder hacer nada. Desde que Harrington llamó esa tarde no hemos parado de buscar a mi estrella como locos, aquel día nos encontramos en central park; Alex, Carlos, Ethan el padre de Esther y luna, me encontraba nervioso no obstante nos ingeniamos un plan para encontrar a mi dulce estrella.

Iríamos por ella.

Ya había contactado a un viejo amigo de mi padre que era policía del FBI.

Me debato mentalmente entre comer y no comer, desde que ella no está mi estómago no exige nada de alimentos y no lo obligo. ¿cómo comer? Solo tenía cabeza para pensar en Esther, gracias a Dios mi hermana Nath estaba bien, estas últimas semanas le habían realizado muchas pruebas de sangre, la doctora Carson no se explicaba como la leucemia había desaparecido sin más luego del coma. ¡Eso era un milagro! Pero el cáncer seguí allí en su páncreas.

Si Esther supiera que Nathalie está mejorando diría que es obra de Dios.

Estos últimos días han sido difíciles, Esther desaparecida y la fecha de la muerte de mis padres se acercó sin avisar, un día como hoy hace seis años recibí esa espantosa llamada, esa que destrozó mi feliz mundo a pedazos, ellos volaron en ese avión y ni sus cuerpos encontraron, por un momento mantuve la esperanza de que podían estar en cualquier lugar, pero no fue así, el tiempo pasaba y más lejos los sentía, comprendí que ya no estaban. Todos los recuerdos se aglomeran en mi mente para herirme por completo, Los malos, los buenos, las risas de mi madre y el enojo de mi padre cuando pintábamos sobre su mesa de trabajo, todo lo que vivimos se esfumó como una nube gris cuando sale el sol.

Luego de su partida me hundí en este pozo del cual sólo Esther me ha tendido la mano para salir, me ha iluminado señalándome la salida. Ella tiene razón sólo Dios puede iluminar nuestro ser y así vivir mejor.

- Amigo es hora de comer. - escuché la voz de Alex - solté un quejido al tener que dejar mi sabrosa cama, no tenía apetito tendría que recordarle nuevamente, Alex ha dormido en el apartamento los últimos días ya que luce ha estado con Nath en el hospital.

- Campeón no estoy de humor para comer. -susurré sin fuerzas. Tomé asiento en el taburete mientras observaba a Alex realizar un delicioso trabajo, aunque el desayuno me hacía agua la boca no podía comer si no sabía cómo estaba ella.

Sobre la encimera Alex colocó mi desayuno; Beicon, huevos, pan, mermelada de fresa y un zumo de naranja.

- Amigo gracias pero... - las lágrimas salieron de mis ojos sin avisar, rápidamente las arrebaté y tallé mi rostro con frustración. - No puedo con esto, no puedo comer pensando en que tal vez a ella... Le haya sucedido algo muy malo. - digo dolido.

Estrellas Relucientes©Where stories live. Discover now