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O l i v i a

– Che gorda me voy a la casa de Lit, cualquier cosa me llamas –asenti escuchando a mi hermano.

– Si, no te hagas problema de seguro ya viene mami a comer –respondí.

– Bueno dale –le dió un beso a Benja, luego dejó un beso en mi frente, y salió de la casa.

Dejé al bebé en el suelo, ahora gateaba y se recorría casi toda la casa. Dentro de poco va a comenzar a caminar y ahí si que nadie lo va a parar.

Busqué las cosas necesarias para cocinar, eran las nueve de la noche, seguramente mi mamá ya volvía de la casa de mi abuela, se pasaba allá gran parte del día ya que la cuidaba.

El timbre sonó, me pareció raro que alguien viniera a está hora, no me esperaba a nadie ya que los chicos se iban a juntar para grabar. Caminé hasta la puerta, quité la llave y abri, me encontré a Khea ahí.

– Hola mi amor, creí que te ibas con los chicos –sonreí y me acerque a besar sus labios.

– Hola beba, me cancelaron a mi –agregó, volvi a la cocina porque se me iba a quemar la milanesa.

– ¿Por? –pregunté mirándolo entrar a la cocina con Benja en sus brazos.

– Porque al final a la canción la hace Seven –contestó, le hacía cosquillas a Benja y el reía.

– Bueno mejor así te quedas a comer con nosotros –sonreí y él me abrazo por la cintura con su mano libre, dejó un beso en mi mejilla.

– Obvio que me quedo, los extrañe mucho –el gordito jugaba con las trencitas de Ivo, me causaba risa ver su cara de concentración al tirar de ellas.

– Parece que él también te extraño –susurre a lo que Ivo solo asintió.

Terminé de freír las milanesas, preparé la ensalada de lechuga y tomate, le servi la papilla del bebé en su plato de Spider Man. Ivo y Benja aprontaban la mesa, luego senté al bebé en su silla alta.

– Buenas –mamá entró a la cocina, dejó su bolso sobre la mesada. Dejó un beso en la frente del bebé, él la miraba sonriendo amplio, luego saludo a Ivo y por último a mi.

– ¿Como estas? –pregunté.

– Bien hija, cansada –se sentó en su lugar de la mesa, le servi la comida y le alcancé su agua.

– ¿La abuela como estaba? –volví a preguntar.

– Bien, igual que siempre –encogió sus hombros.

Comenzamos a comer en silencio, yo le daba la papilla al gordo, él disfrutaba meter la mano dentro del plato y pasarsela por el pelo, parecía que lo hacía a propósito.

– No Benjamín –le quité el platito y pase una servilleta por sus manos para limpiarlo.

– Siempre hace lo mismo –comentó mi mamá sonriendo– Vos hacías lo mismo Oli –agregó, Ivo sonrió.

– No se yo no me acuerdo –reí negando.

– Si, te pasabas el plato de comida por todos lados hasta dejartelo de sombrero, el pelo lleno de puré de zapallo, o cuando le daba jugo en la mamadera se lo volcaba en el pelo –comentó mi mamá riendo, Ivo se unió a ella a reírse, y Benja también se reía.

– No se de que te reís vos –hablé mirando a mi hijo, el soltó una carcajada, se le hacían pocitos en los cachetes cada vez que reía.

Terminamos de comer y yo fui a la habitación, busqué ropa limpia para el bebé y entre al baño para darle un baño antes de dormir.

Lo senté en la bañera mientras lavaba su pelo, él jugaba con unos patitos de goma.

– ¿Te ayudo? –preguntó Ivo, estaba arrecostado en el marco de la puerta.

– Haceme un favor –pedí y él asintió– Arriba del mueble de mi piesa, hay una toalla celeste, ¿me la traes?

– Si –asintió y salió del baño. Pasaron unos minutos y él no volvía.

– ¿La encontraste? –pregunté en un tono de voz alto para que Ivo me escuchara.

– ¿Porque está la billetera de Valentín? ¿Esa remera también es de él? ¿Durmió con vos? –preguntó todo seguido y rápido que no entendía nada– ¿Te lo estás cogiendo a él también?

вєиʝαмιи •кнєα• Primera TemporadaWhere stories live. Discover now