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O l i v i a

– ¿Que? ¿Pero porqué? –preguntó mi hermano.

– Porque queremos armar nuestra familia, estar juntos –susurre– Yo sé que acá estamos bien, mamá te agradezco mucho todo lo que hiciste por mi y por Benja, pero creo que es hora de que volemos –sonreí encogiendo mis hombros.

– Ufa pero yo los voy a extrañar –Nacho abrazo a Benja.

– Solo estamos a un par de cuadras, nos podes visitar bobo –comenté.

– Estoy muy feliz por ustedes hija, yo sabía que Valen había cambiado –habló mi mamá– Sabes que tenes las puertas de está casa abiertas siempre que quieras volver

– Gracias mamá –me acerqué y la abracé.

Ellos me ayudaron a juntar todas mis cosas, mi ropa, la ropa del bebé, había desarmado mi cama y la cuna para llevar al departamento. Mamá me regaló unas cosas de cocina para que almenos tenga hasta que pueda comprar todo.

Valen llegó y junto con Nacho llevaron las cosas al departamento, mamá tenía upa a Benja mientras yo terminaba de poner todas las cosas en caja.

Unas horas después ya estábamos los tres en nuestro nuevo hogar. Valen me ayudó a ordenar todo, Benja jugaba con su caja de juguetes, había juguetes desparramados por todos lados.

– Creo que ya está listo –habló Valen mirando el placard, lo había armado recién.

– Si, mañana le pongo la ropa, ahora ya me cansé –sonreí tirandome a la cama.

– Está bien señora –se acostó alado mío. Justo sonó el timbre– Voy –asenti. Me levanté para ver quien era.

Valen firmó unos papeles y enseguida dos chicos entraron dejando una caja, una heladera, una mesa y sillas.

– Gracias –habló despidiendo a los chicos– ¿me ayudas? –sonrió mirándome.

– Tas loco –sonreí acercándome a él.

– Sillas, una mesa, una heladera y una televisión, lo necesitábamos –sonrió mirándome.

Armamos la mesa, era cuadrada y de vidrio, las sillas eran negras. Me encantaban. Dejamos la heladera en su lugar.

– Son las doce de la noche –habló él mirando su celular.

– Que raro aquel no quiere dormir –sonreí mirando a Benja.

– Esta emocionado –sonrió mirándolo.

– Che gordo, ¿Tenes hambre? –pregunté.

– Un poco –sonrió acercándose a mi.

– ¿Estamos a tiempo de pedir comida? –pregunté y lo abracé.

– Pizza si –asintió, dejó un beso en mi boca.

– Mamá –susurro Benja caminando a nosotros– noni –refrego sus ojito pasándose su mano.

– Veni bebé –lo hice upa, le di muchos besos, me senté para darle teta.

– Voy a pedir la pizza –asenti escuchando a Valen– Voy hasta el chino de la esquina para comprar algo para tomar, ¿Necesitas algo?

– Compra yerba y azúcar porque no tenemos para el mate de mañana –sonreí mirándolo.

– Bueno ya pido la pizza, vengo rápido –asenti, dejó un beso en mi frente y salió.

вєиʝαмιи •кнєα• Primera TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora