Domingo

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Pov. Derek

Desperté con una sensación cálida en mi pecho y esta se extendía por todo mi cuerpo. Calentadome.

No era desagradable, sino todo lo contrario. Era maravilloso sentirla. Pero sabía que esta no podía ser proporcionada por el sol de verano que irradiaba en Beacon Hills.

Decidí abrir los ojos para descubrir de donde provenía ese calor. Y lo vi.

Stiles estaba debajo de mí y recordé todo lo que había sucedido. Desde lo dicho (que fue poco) hasta lo hecho (que fue mucho).

Pude apreciar la belleza de su cuerpo desnudo pegado al mío. Emcjaban perfecto. Como si estuvieran hechos el uno para el otro.

También de lo que me di cuenta es que aún no salía de Stiles. Y eso era razón para sentir esa calidez en mi cuerpo.

Después de admirar la maravillosa imagen que me proporcionaban nuestros cuerpos unidos, me fijé de la hora. No lo hubiera hecho.

Eran las 7:30 a.m. del Domingo.

Eso destruyó todo.

Me salí de Stiles con el mayor cuidado posible, no quería lastimarlo o despertarlo. Quería conservar esta paz existente.

Mientras me duchaba y arreglaba, me di cuenta que muchas cosas cambiaron. O todo cambió.

En solo pocos días Stiles hizo lo que nadie había podido en años. Él pudo conocerme realmente.

Me enseño un mundo nuevo. Pero había algo que me hacia parámetros frente a las puertas de este. Solo las abría pero no entraba. Y sabía que era por Stiles.

Yo no quería ese mundo sino era con él. No entraría si él no entraba conmigo.

Por eso hice arreglos para que él saliera delundo que estaba y entráramos al nuestro que era nuevo y desconocido.

Se lo diría hoy. No sería tan cobarde como para no intentarlo.

Llegaba el desayuno cuando Stiles salía del cuarto ya bañado. Pero solo con una bata de pijama de seda blanca.

-Vamos a desayunar, Stiles- le dije sin poder ocultar mi..... Alegría.

-Buenos días, Stiles. ¿Cómo amaneciste?, ¿Te duele algo?, ¿Quieres desayunar?

Su voz denotaba sarcasmo, cansancio y burla. Pero sus ojos eran indescifrables. Pero que se burlara era bueno, significa que esta felíz, ¿O no?

-Buenos días, Stiles. Pedí el desayuno. Gustarías sentarte conmigo.

-Hecho.

Nos sentamos a disfrutar nuestro desayuno, y yo aparte de eso observaba a Stiles.

Había cambiado algo en él.

No su personalidad, claro está, pero si sus modos.

Cuando nos vimos por primera vez, el se sentaba en las mesas, comía con las manos, se vestía... diferente, se peinaba diferente. Parecía otro.

Ahora puede pasar como alguien de alta sociedad y nadie sospecharía de su pasado. O lo que esperaba fuera su pasado.

-Stiles, quiero hablar contigo.- Mi voz era segura, confiada.

-Adelante, dime.- pero su voz fue indiferente.

-Quiero que te quedes conmigo. Hice arreglos para que te hospedes en este lugar, misma habitación. También para que los choferes te lleven a donde quieres y abrí una cuenta a tu nombre para que tengas dinero y vayas de compras. Mientras yo voy a New York y acabó mi trabajo.

Un Hombre BonitoWhere stories live. Discover now