Un Hombre Bonito

El Príncipe de la Nueva Era y El Prostituto que Cobra Solo $100 Dolares la Hora

Pov. Stiles

Solo hora y media para irme. Dos horas para que partiera mi camión a Los Ángeles y de ahí un vuelo a New Orleans.

Espero sólo que mis amigos lleguen para despedirme de ellos y burlarme de sus cabelleras teñidas rubias.

No se lo que habría pasado si no los hubiera conocido en aquel bar. Pero es seguro que el laboraba iba a ser mucho peor. Me ayudaron mucho y siempre les agradecería por ello.

Los extrañaría mucho. Pero sería temporal. Un día no muy lejano nos encontraríamos de nuevo. Y los tes dominaríamos el mundo.

Seríamos nuestra mejor versión y seríamos felices.

Pero esas pulgas teñidas no llegaban para tener nuestra despedida de gritos, lloriqueos y abrazos.

Me senté a ver viejas fotografías de nosotros tres.

En algunas teníamos pelucas de coleres puestas y finjiamos poses de supermodelos, en otras estábamos abrazados, con gorros se Santa, en bañadores, en situaciones comprometedoras, etc.

Eran buenos tiempos, a pesar de no tener dinero. Valieron la pena pero ahora haríamos cosas que valdrían mucho más la pena.

Veríamos por nuestro futuro.

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Pov. Derek

Amó a Stiles.

Me di cuenta hace una media hora por que fui capaz de soportar el dolor por su amor. Un dolor tan único y sorprendente como lo era Stiles. Solo que nada hermoso.

Lo bueno que es una metáfora a medias. Pues si sentí dolor y fue por el amor de Stiles, indirectamente.

Ya que apenas entraba al Hotel cuando dos chicos rubios me tlaqueron con todas sus fuerzas.

Una vez levamtados del piso y separados de mí con la ayuda del gerente McCall, explicaron el por que de su repentino asalto.

Resultaron ser amigos de Stiles y me vinieron a buscar por que necesitaban de mí ayuda para hacer que Stiles se quedara en Beacon Hills.

El gerente McCall y yo, escuchábamos la historia de los chicos llamados Isaac y Liam sobre como Stiles en un ataque de furia había llamado a un tipo llamado Deucalion, un padrote, y como planeban irse a Las Vegas para qie Stiles se prostituyera de nueva cuenta, pues según el tipo ahí había más dinero.

Todo me sonaba muy trillado y burdo, las cosas que decían no las haría Stiles.

Después mencionaron que yo tenía la culpa y que por eso había comprado drogas y alcohol. Lo que lo llevó a hacer todo lo que me decían.

Insistían en que Stiles alucinaba que yo lo rescataba y que cuando dormía me llamaba.

Vi en eso una oportunidad para tratar de establecer una relación. Quizás podríamos llegar a un acuerdo donde conseguiríamos lo que queremos.

Después de que decidiera bajo presión fui en busca de Stiles, pero los chicos rubios que en el estado de Stiles, era necesario engañarlo.

No quería hacer lo que me pedían pero incluso el gerente McCall insistió en que hiciera lo que me pedían.

Me habían hecho quitrme mi traje para ponerme unos jeans, playera y chaqueta de cuero con unas burras negras.