El Narrador. || V.B || ✔

Capítulo Dos.

Ojos de infarto.

Estabas completamente nerviosa, no sabías donde sentarte para tomar tú almuerzo, pero, aunque en el interior fuera un cobarde, decidí invitarte, y en ese instante ví tus ojos, ¡JODER! Quedé perplejo ante esos ojos, no podía despegar los míos de los tuyos, podía ver tú alma atravesar esa pupila azul tan perfecta.

—Vegeta.

— ¿Te parece sí me acompañas? — Pregunté sorprendiéndola, casi hago que suelte su almuerzo, pero al momento de girar a verme, sonríe, viéndome directamente hacía abajo, ya que me encontraba sentado en la mesa.

— ¿No es molestia?

— Por supuesto que no. — Sonrió. A lo que ella responde de igual forma.

Con cuidado deja su almuerzo sobre la mesa, en ese instante cierro mi cuaderno al momento en que se sienta, viéndome con una sonrisa, es ahí donde me fijo en sus ojos, sus ojos de infarto, no podía separar mi vista de ellos, se veían... Preciosos.

— Me pones nerviosa... — Su voz me saco de mis pensamientos, rápidamente desvíe mi mirada y rasque mi nuca.

Suelto una risa, — Perdón, es que, tus ojos son hermosos. — En ese instante sus mejillas se pintaron rosas, al igual que su nariz, lo cual me causó gracia.

— Pareces el típico capitán que es coqueto con todas. — Comenta con sarcasmo, para luego tomar su sándwich y morder lo. Río levemente y niego.

— Te sorprendería saber que no, no lo soy.

— Todos niegan lo obvio. — Ríe levemente.

Cruzó mis brazos, — A ver, ¿Desde que llegaste a la escuela me haz visto con otra chica?  — Sonrió con picardía ante su silencio, bajo su mirada analizando la pregunta, bingo.

— No...

— Exacto, ahí está tu respuesta. — No puedo evitar comentar con orgullo.

— Lo decía por tu popularidad. — Suelta en defensa.

— No lo llamaría popularidad, lo llamaría admiración hacia los deportes.

— Que ético, esperaba algo de mediocridad en ti. — Puedo ver algo de coquetería en sus movimientos, en la forma en la que me ve fijamente mientras deja su sándwich en la mesa.

— Nunca juzgues un libro por su portada, el contenido podría soprenderte.

— Un cliché de literatura mediocre podría ser. —Hago un gesto ofendido, a lo que ella ríe, y joder, puedo jurar ver ese brillo en sus ojos que tanto me intriga.

— O tal vez una historia de misterio, terror, acción y porqué no, un toque de romance absurdo para adolescentes precoces. — No pudo evitar reír ante eso, y su risa me contagio, veo cómo estira su mano y la tomó al instante.

— Bulma, Bulma Brief. — Sonrió viéndola a sus ojos.

— Vegeta Ouji, un placer... Señorita Brief. — Sus labios muestran una leve sonrisa.

— El gusto es mío.

Continuará....