Capítulo Cuatro.

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¿Lagrimas?

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¿Lagrimas?

Nunca había visto un cristal romperse hasta que te ví llorando, esos ojos demostraban tanto dolor, que en serio me partiste el alma. Lo peor, es que cuando me viste sonreíste. No tienes que fingir ser fuerte, hasta el hierro es destructible, ¿Por qué los seres humanos no pueden romperse de vez en cuando?

— Vegeta.

— ¿Bulma? — Sus manos rápidamente se quitaron de su rostro

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— ¿Bulma? — Sus manos rápidamente se quitaron de su rostro. Al levantar su rostro, pude ver sus ojos llenos de lágrimas, rojos al igual que sus mejillas.

— Oh, Vegeta, — Limpió sus lágrimas con el dorso de su mano, — No esperaba verte. — Sonrió débilmente.

Hago una mueca de preocupación, al momento que me arrodilló en frente de ella. — ¿Qué pasa? ¿Te hicieron algo? ¿Por qué lloras?

Ella suspiro, — No lloraba, tranquilo. — Arrugue mi ceño.

— Te ví sollozando, no me creas idiota.

Bulma volvió a suspirar, desviando su mirada, al momento que del borde de su ojo, salía una lágrima, mientras ella mordía su labio para luego este comenzar a temblar.

Con mi pulgar limpie esa lágrima, por ende, su rostro se volvió a mi. Sus ojos estaban nublados, dolidos, así que mis manos tomaron su pequeño rostro, al momento que sus ojos saltaban más lágrimas.

Con voz suave, pregunte. — ¿Corazón roto?

— El dolor sería más soportable. — Diablos, su respuesta me da un gran alivio. No quiero que ella éste con alguien más, quiero su corazón para mi.

— ¿Qué fue entonces? — Su mirada se vuelve baja.

— Mi madre... Tiene cáncer, no sobrevivirá, tiene solo una semana de vida. Perderé al único ser que me amo con todos mis defectos, con todo. Perderé los abrazos de consuelo, aquellos que sanan cualquier herida. — Me quedo helado, joder.

De su labios sale un sollozo, el cual pareció más un alarido de dolor, que quemaba su garganta.

Solo atine a tragar saliva, su dolor se transmitió a mi. Me aleje un poco, para quitarme mi chaqueta, para colocarse en sus hombros. Estaba completamente empapada por la lluvia, y temblaba de dolor y frío. Ella no dejó de llorar mientras la cubría.

Sin dudarlo la tomé de la cintura, para acercarla a mi, abrazándola. Acariciando su espalda, con cuidado, no tarde en sentir sus brazos rodear mi abdomen, apegando su rostro en mi pecho, al momento que lloraba.

— Ella no desearía que sufras, nunca las madres quieren eso, y es obvio que ella quiere que tú seas feliz, sé que es imposible, el dolor es asfixiante, pero, tus sueños solo tú puedes cumplirlos, ¿Quien más será la mejor fotógrafa y escritora? — Suspiro, al momento que sus sollozos disminuyen, — No servirá de mucho lo que diré, ya que siempre las personas llegan a faltar, pero, aunque tú llegues a un momento de odiarme y espero nunca sea, voy a acompañarte hasta el último día de tu vida, así no sea yo él que haya envejecido contigo y ames a alguien a más, ahí estaré. — Sus brazos me apretaron con más fuerza.

 — Sus brazos me apretaron con más fuerza

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Continuará....

¿Qué tal el nuevo separador? 🖤😬

El Narrador. || V.B || ✔Where stories live. Discover now