El Narrador. || V.B || ✔

Capítulo Siete.

Tus ojos brillan cada vez que ves algo para en marcarlo en una fotografía, caminas por las calles con tu cámara colgada de tu cuello, observando que capturar o que guardar en el papel, y en las noches, cuando te desvelas en el cuarto de revelación, en esas noches donde ves tu trabajo en tus manos, es donde me doy cuenta que solo la pasión no es algo sexual, sí no un amor por algo real.

— Vegeta.

Love The Way You Lie.

Sus caderas se movían al ritmo de esa peculiar canción al segundo que intentabas cantar inútilmente la parte de Eminem, no podía evitar reírme, aunque ni siquiera hayas notado mi presencia.

Sonrió de lado, al momento que te acercas a las fotos, para colgarlas en algo que no logró divisar. — Son hermosas.

— Dudo que tanto como la chica que las tomó. — Rápidamente su cuerpo se gira viéndome.

— ¡Vegeta! Me asustaste, — Una sonrisa se pinta en sus labios, — Me refería a lo hermoso que es el modelo. — Su semblante es coqueto.

Es ahí donde algo en mi cerebro me provoca una ola de enojo. — ¿Tu modelo?

Muerde su labio, — Uff sí. Es guapísimo y hasta me moja las bragas. — Arrugó mi ceño.

— ¿Qué?

Apretó mis puños, ante su sonrisa burlona. — Sueño con él todas las noches, — Da un paso hasta a mí, — Sueño con sus ojos, su cabello, su mirada, — Llega hasta a mi, pegando su cuerpo hasta el mío. — Su fuerte cuerpo.

Mierda, no debe estar hablando en serio. — ¿Quien carajos es?

Sonríe con perversión. — Adivina.

— Nombre. — Exijo con mi voz ronca para apuntarlo en mi lista de matanza.

— No te lo diré. — Hace un gesto de burla.

— Apellido.

Rueda los ojos. — Demasiado obvio.

Me enderezó. — Al parecer no quieres que lo mate.

Sus labios sueltan una leve risa. — Obviamente que no, — Sus brazos van a mi cuello, y antes esa acción me habria vuelto un idiota pero, ahora no me inmuta. — Puedo decir que pienso en él cuando tú me tomas.

Listo, ahora si explote.

Cuando iba a alejarme sus labios rápidamente se estamparon con los míos, y lamentablemente mi instinto asesino no me dejó concentrarme en su sabor.

— Dime quien es o te juro que me voy a volver loco, Bulma Brief. — Mencione en medio de sus besos.

— Cada vez que dices mi nombre completo significa sexo duro. — Responde jadeante.

— No habrá sexo salvaje si piensas en alguien más cuando estoy dentro de ti.

Una risa salió de sus labios cuando su pierna fue a mi cadera, rápidamente la sostuve. — No puedes matarlo, a menos que seas suicida.

Quedé como un completo imbécil.

— Mal habito pensar en voz alta, Ouji. — Mierda.

Sin responder rápidamente la levante de sus caderas, llevándola a la mesa, al segundo que comencé a desnudarla pude ver las famosas fotos, no mentía, habían muchas fotos mías, incluso durmiendo, no me podía sentir más orgulloso.

— Eres tan diferente, pequeña, pervertida, soñadora, creativa y una maldita patada en el trasero, Bulma Brief. — Sonrió viéndome directamente a los ojos. — Pero, así te amo.

Sus ojos se llenaron de lágrimas, — Yo también te amo, Vegeta. — Sus labios se estamparon con los míos nuevamente.

Les aseguró que es de otro planeta poseer a un ser cómo ella.

Continuará...