Capítulo 2

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𝙽𝚞𝚗𝚌𝚊 𝚝𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚜𝚎 𝚋𝚒𝚎𝚗

Ya era por la mañana cuando los pájaros sonaban en la ventana y despertaron a Skylar. No tenía ni idea de que era, pero lo primero en que pensaba cuando se despertaba era en Remus. La luna llena se acercaba y cada día estaba más agotado. Ella sabía que era importante para él y que su apoyo era muy necesario en estos momentos.

–¡VENGA SKY! ¡NO QUIERO QUE ME QUITEN LAS TOSTADAS PARA DESAYUNAR!– los gritos de Lily retumbaron en sus oídos.

–Ya voy tranquila.

–¿Por qué te arreglas tanto? A Sirius le va a gustar besarte igual si tienes más rímel o menos.

–No hables tan alto, Lily. Como mi hermano o los demás se enteren, no dudarán ni un segundo en asesinarnos. – advirtió, fulminando con la mirada.

El desayuno estaba por comenzar y ambas amigas se dirigían al Gran Comedor hasta que una mano las detuvo. Al ver que era Sirius, Lily sonrió y dejó a sus amigos a solas.

–Hola, ¿va todo bien? – preguntó preocupada.

–Sí, más o menos. Escuché a Lily hablar sobre lo nuestro. Recuerda que soy demasiado joven como para morir asesinado.–hizo que le mirara a los ojos.

–Lo sé, lo sé. Tendré más cuidado.– probablemente, Sirius esperaba un beso, aunque fuese uno casto. Sin embargo, lo único que recibió fue un beso simple en la mejilla y una retirada rápida por parte de Sky. Inexplicablemente, ella ya no sentía nada. Supuso que simplemente es algo que surge, sin necesidad de ser explicado, y que no se puede cambiar por más que lo intentase.

Entraron al Gran Comedor y, en cuanto su mirada se cruzó con la de Remus, sintió un cosquilleo poco habitual en ella. Estaba nerviosa. Nunca había estado nerviosa cerca de Remus.

–Buenos días, Lunático– saludó, dándole un beso en la mejilla, a lo que él le correspondió de igual manera. Y los cosquilleos volvieron.

Se pasó toda la mañana intentando concentrarse en las primeras clases del curso, pero no podía dejar de pensar en cómo decirle a Sirius que no sentía lo mismo por él. Quería dejarle en claro que le quería, pero no de esa manera.

–¡Señorita Potter! –la voz de McGonagall le hizo volver a la realidad.– ¿Me puede explicar que es lo que le tiene tan distraída?

–No es nada, profesora. Lo siento.– respondió mientras se enderezaba. Remus, quien estaba a su lado, le miró preocupado. Ella nunca había estado tan distraída en clases.

(...)

El día iba pasando y Sirius no entendía por qué Sky le había estado evitando. El beso ya le había dejado bastante extrañado, y esto solo hizo que se sintiera un poco más angustiado. "A lo mejor está estresada con los deberes".

La tarde era tranquila y, como era costumbre, Sky se encontraba leyendo uno de sus libros favoritos "Ana de las Tejas Verdes" a la sombra de un árbol con vistas al Lago Negro. Leer para ella era una liberación que la llevaba a otro mundo. Imaginar cómo sería tu vida desde otra perspectiva. Un simple placer que te da la vida.

"Uno no puede estar triste mucho tiempo en un mundo tan interesante."

Estaba tan metida en la lectura, que ni siquiera había notado la presencia de aquel chico.

"Cuando uno se pone a imaginar, hay que hacerlo con algo que valga realmente la pena"– aludió una cita del libro. Sky, por primera vez en horas, despegó la mirada del libro para prestarle atención al chico.– Anne Shirley. Es un libro estupendo. Lo encontré hace años en la biblioteca del colegio muggle al que asistía.

Punto y Aparte ; Remus LupinOnde histórias criam vida. Descubra agora