Capítulo 4

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Lunes 13 de Abril

Un nuevo lunes daba comienzo en Marsurya, esta vez la alarma no era la causante del despertar de Ted sino que su tono de llamada, era su amigo Noah.

-Ted, ¿estás ahí? -preguntó con voz acelerada-.

-Sí, sí, aquí estoy, ¿por qué diablos me llamas a estas horas? -el reloj marcaba a las 5:30 a.m-. -Lo siento, sucede que luego tengo una reunión y no voy a poder comunicarme por unas cuantas horas, escucha tengo nueva información de Arthur, pásate por el estudio a las diecinueve horas, ¿entendido?

-Está bien, ahí estaré -colgó el teléfono sin despedirse-.

A todo esto Kelly, ya despierta, se aproximaba con una mirada curiosa en busca de los ojos de su padre, Ted inmediatamente interpretaba a la perfección lo que deseaba. Su hija con los ojitos brillantes pedía la preparación del desayuno, Kelly era de oídos atentos ya que al más pequeño sonido que se emitía ella era capaz de escucharlo y como consecuencia se despertaba de su largo sueño.

La miró con una sonrisa y sin muchos problemas, se destapó, se vistió y marchó directamente a la cocina, durante todo este proceso la pequeña ya había salido disparada a su asiento predilecto para desayunar.

Mientras el desayuno era preparado, Kelly se disponía a encender el televisor y en él estaba el programa de las mañanas de Arthur, no era una sorpresa para los oídos de Ted que el principal tema de conversación fuera de cómo manejaba el país y más tonterías puramente inventadas sobre su persona. Sigilosamente su hija cambió de canal. Ahora el ambiente era un poco menos tenso.

-Bien, hija, aquí tienes tus cereales y tu chocolatada. -También acompañaba al desayuno una manzana la cual con la mirada Ted obligaba a su hija a comerla-.

-Está bien, comeré la fruta... -una sonrisa media picara ponía en duda su afirmación-. -Más te vale, tomare mi café, me aprontaré para salir a trabajar y luego te dejo en tu escuela, ¿okey?

Ambos desayunaron tranquilamente, no hubiera ocurrido de igual manera si en el televisor siguiera el programa de Arthur, escuchar las barbaridades que se soltaban allí normalmente provocaban la furia de Ted, él hacia todo lo posible para dejar en lo más alto a su país mientras que otros solo seguían la corriente por ganar unos billetes más y fama por llevar la contra. En años pasados, esto no ocurría con los anteriores presidentes, ahora parece un show más de televisión y no estamos hablando de que un personaje famoso se iba a casar con una súper modelo, todo esto era un tema serio, se trataba de política, la televisión, Arthur, lo vistieron de otra forma como si fuera un chisme de todos los días, este era el pensamiento que se le pasaba por la cabeza a Ted cada vez que miraba ese estúpido programa, no lograba entender por qué justamente todo esto sucede con él y no con los anteriores presidentes. Está claro que Arthur y Ted tuvieron sus roces pero parecía haber algo más profundo detrás de todo esto y ese era el trabajo de Noah.

Como todo un paparazzi Noah era la sombra de Arthur en toda la ciudad, no le perdía el rastro y junto con Oliver, su compañero de trabajo, realizaban el trabajo que Ted les había encomendado. Eran expertos, antes de comenzar con el seguimiento habían estudiado todos los movimientos de Arthur para no cometer errores en pleno acto, sabían a qué hora entraba a trabajar, su hora de salida y las cosas que hacía antes de regresar a su hogar, eran todos unos espías. Se encontraban en la entrada del canal de televisión «Señal Marsurya», allí mismo se encontraba ahora Arthur bajando de su vehículo y dándole las llaves a un joven muchacho para que lo estacione. Una vez que se cerró la puerta del edificio lo único que pensaron los espías era llegar a su auto y ver si, de alguna forma, lograban encontrar algo de valor, se pusieron manos a la obra.

Pueblo MandaWhere stories live. Discover now