Capítulo 5

4 0 0
                                    

Martes 14 de Abril

Ya de noche Andrew ofreció a Ted llevarlo hasta su hogar con el vehículo que el gobierno les proporciona, y así fue como sucedió, al llegar se despidieron como cualquier otro día de trabajo, avanzó un par de pasos hacia la puerta de su hogar y en el momento de sacar las llaves para abrir su puerta recordó el mensaje en la pequeña hoja que Noah le dio en la reunión, ahora todo tenía sentido. Entró a su hogar y rápidamente se dirigió a una de sus ventanas que daba a la entrada. Allí seguía Andrew y dentro del vehículo surgía una luz de color celeste débil, seguramente era un holograma, es lo que pensó Ted, ya no podía confiar en nadie más que en los periodistas.

La ansiedad surgió, sabía lo que se avecinaba y ya no importaba nada, en cuestión de horas si todo salía mal toda Marsurya estaría buscándolo con el fin de matarlo. Los nervios crecieron y, sin pensar demasiado, comenzó a armar su equipaje, todo lo que iba a necesitar para sobrevivir el tiempo necesario y salir de Marsurya. Y, como un rayo que a infinita velocidad cae, pensó en Kelly y su padre, ellos también iban a tener que venir junto a él, pero su padre ya era un hombre de demasiada edad para esta aventura por lo tanto decidió ir en busca de su hija en primer lugar y luego vería como resolver el tema de su padre. El miedo que le generaba esta situación a Ted era inmenso, provocó que no haya casi luz en su hogar por miedo a que lo estén espiando de afuera, apagó sus teléfonos en caso de que lo llamaran y vigilaba cada minuto por la ventana, afortunadamente Andrew ya se había marchado. Toda la casa parecía abandonada y una tenue luz de la linterna guiaba en esa oscura incertidumbre, al notar en qué estado se encontraba, se sentó en uno de sus sillones y se calmó, respiró hondo y apagó la linterna. Negro era todo lo que ahora se veía, cerrar los ojos era lo mismo que tenerlos abiertos, aprovechó ese instante de paz para pensar y hablar consigo mismo. «¿Cómo empezó todo?» «¿Qué debo hacer?» las preguntas seguían yendo y viniendo. El silencio se hizo escuchar y la calma lo rodeó, se percató y asumió todo lo que se avecinaba, era el momento de volver a la acción.

Después de ese breve momento de paz, finalizó de preparar todo su equipamiento, pasaron las horas y repasaba si algo faltaba, si no se dejaba nada en su hogar y que luego lo pudieran usar en su contra, algo obvio era que al desaparecer, su casa iba a ser visitada de una forma no cotidiana. Realizando los últimos preparativos, un hombre con mil preocupaciones no puede estar al tanto de todo y es ese momento en el que el despiste aprovecha para dejar la pequeña hoja que Noah le había entregado sobre la chimenea. El sol bostezaba de su siesta y volvía al trabajo, la camioneta ya estaba afuera, por el cristal se veían a Noah y Oliver, que sin querer y con acto de buena fe se vieron afectados de toda esta locura.

-¿Por qué llevas tanta basura Ted? -preguntó Oliver-.

-Vaya uno a saber dónde vamos a parar, ¿no? – contrarrestó Ted, subiendo la valija en la parte trasera de la camioneta-.

-¿Ya le mentiste a tu ex esposa?, tenemos que hacer todo lo más rápido posible, ir a recoger a Kelly y luego a tu padre.

-Sí, así es, salvemos a mi hija y a mi padre -cerrando las puertas traseras de la camioneta-. La camioneta blanca con desgastes de pintura en sus laterales tras intentar ocultar de donde pertenecía el vehículo, encendió su motor y se dirigieron en busca de Kelly, en ella, al menos cinco personas, cómodamente lograban viajar para dormir, ya era otro asunto. Aun así en ese aspecto Noah parece que venía preparado ya que en la parte trasera donde se encontraba Ted habían dos cajas con carpas al menos para tres personas.

Oliver encendió la radio por el pesado silencio, era algo temprano para los marsuryanos, muy pocos solían madrugar a estas horas pero aun así «Señal Marsurya» con su programa de la mañana sí daba comienzo en este horario.

Pueblo MandaWhere stories live. Discover now