catorce

285 45 28
                                    

    Cuando Navidad llega todo se nota gris y frío, es difícil para mí acostumbrarme a que eso rodee mi entorno y no mi interior, la oscuridad y frialdad es algo a lo que estoy acostumbrado pero... verlo instalado en mi hogar se siente mal.

    Rin sale en Navidad, como la mayoría de los adolescentes normales: yo, sin embargo, me quedo en casa con Lily; quien se apiada de mí y me acompaña a otra lamentable maratón de películas navideñas, en éste momento me siento bastante identificado con el Grinch.

    Es toda una revelación.


    Son las dos de la madrugada cuando recibo el mensaje, por un momento, al sentir mi celular vibrar en el bolsillo de mi pantalón quiero ignorarlo, pero por alguna razón termino abriéndolo y leyendo el mensaje por parte de Teto:

    ''Te amo, creo que nunca fui capaz de decírtelo, quizás por temor a que responderías. Creo que no querrías un regalo de mi parte y aunque tu cumpleaños sea en dos días seguiré manteniendo mi distancia, aunque, a cambio por todas esas risas y días bonitos que me hiciste pasar te regalo ésto...''

    Seguido de ello hay un link en la parte baja del mensaje, yo frunzo mi ceño, confundido. ¿A qué se debe todo ésto? Pienso mientras dejo que la url me direccione hacia una página web, más precisamente, hacia un blog.

    Mi respiración se corta al ver la foto a un costado de la página.


    El viento es crudo, al igual que éste invierno que se siente brutal y despiadado, desalmado como yo. Mis mejillas y punta de la nariz se sienten frías, al igual que mis manos, pero lo ignoro mientras corro hacia el club de natación que está a unas cuadras de mi hogar. Mi mente maquina a toda bala mientras comienzo a recordar, memorias salen disparadas y alumbran mi mente como una especie de colash sin sentido... pero, algunas cosas, comienzan a encajar en su lugar.

    Comentarios sárcasticos en días específicos van siendo entendidos.

    Miradas lúgubres ante tales acciones o sucesos comienzan a tener justificación.

    Actitud desagradable ante un momento ahora puede ser interpretada.

    Todas las veces que Rin lucía desinteresada... todas las veces que Rin me miraba con aburrimiento... todas las veces que Rin no me dirigía la palabras no era porque me odiaba...

    Sino porque no tenía otra forma de protegerse ante mi insensibilidad, ese era su escudo.


    El hecho de que probablemente esté invadiendo propiedad privada no me interesa, saltando el alambrado sin culpa alguna mientras me adentro lentamente por el recinto. Por un momento pienso que está completamente vacío pero luego, allí, apenas imperceptible con tanta oscuridad percibo una silueta que se nota ser el causante del ruido del agua haciendo eco por las paredes.

—Rin—llamo al borde de las gradas, bajando las escaleras y sintiendo que estoy volviendo a aquel día fatal; ella se gira mientras siento como si sus ojos brillaran en la oscuridad, aquel zafiro frívolo y vacío.

—¿Qué estás haciendo aquí?—Pregunta, sonando algo a la defensiva mientras no cambia su posición, viéndose sentada peligrosamente al borde de la piscina.

—Y-Yo... solo venía a hablar—digo algo sin aliento por el trote de hace segundos, Rin se nota inquebrantable mientras me mira con seriedad, luciendo como alguien completamente diferente.

—¿Hablar? ¿Ahora quieres hablar? Me has estado evitando toda la semana—bruscamente me dice, suena molesta, muy molesta.

—No ha sido mi culpa, además, tu también me evitabas—me defiendo mientras me detengo a metros de ella, teniendo que bajar la vista debido a que ella se encuentra peligrosamente sentada al borde de aquella infinita piscina con agua.

Bajo el agua.Where stories live. Discover now