Capítulo VI

711 107 27
                                    

Por más que su padre lo intentó, por más que buscó a los mejores abogados, contactó a sus influencias y amigos en el poder judicial, KiBum no pudo abandonar Corea. Luego de haberse enterado del compromiso de JongHyun y HanNa, lo único que había querido había sido huir de ese país e irse lejos; volver a Estados Unidos o quizás emigrar a Europa, pero Corea de pronto se comenzó a sentir tan pequeña para él, casi como si le estuviese sofocando. Era como si las fronteras del país estuvieran sofocándolo, apretándole el corazón, quitándole el aire, matándolo lentamente.

Esa noche cuando llegó llorando al departamento, su padre salió a recibirlo y en sus brazos, KiBum se deshizo en lágrimas durante horas. Y durante los días posteriores a ese. Y así, pasaron casi dos semanas.

En los primeros días, JongHyun, HanNa, la Sra. Choi e incluso MinHyuk trataron de contactarse con él y aquello solo incrementaba su dolor. ¿Tan difícil era poder entender que quería que lo dejaran en paz? ¡¿Por qué nadie podía darle espacio?! Fue así, como de un número telefónico desconocido, le había llegado un mensaje de texto: "Es solo por el bienestar del bebé, sabes que yo no quiero casarme con ella, sabes que no la amo" y KiBum no necesitó nada más para saber quién le había enviado ese mensaje.

Fue tanta su tristeza, su vida se había apagado de tantas formas que, desesperado por ayudarle, su padre compró otro departamento, casi a las afueras de Seúl y ambos se mudaron ahí. KiBum no había entendido porqué la mudanza, pero con el paso de los días, comprendió que su padre solo trataba de mantenerlo alejado de las personas y los lugares que le lastimaban. Si no podía sacarlo de Seúl por el tema del juicio en contra del Sr. Kang, entonces al menos lo iba a mantener lejos de JongHyun y de todos los recuerdos que estaban haciendo de sus días tan difíciles por vivir.

Al menos en el nuevo departamento, la vista era mucho más linda; había más parajes naturales y menos edificios o luces nocturnas que entorpecieran el brillo de las estrellas o la luna por la noche.

- TaecYeon está aquí...

KiBum se giró, encontrando su mirada con la de su padre, quien estaba junto al marco de la puerta de su habitación. Cierto. Sorpresivamente, TaecYeon no había cortado el contacto con él, lo que a KiBum le pareció un buen gesto. De vez en cuando se llamaban o enviaban mensajes, lo que hacía de sus días mucho más entretenidos. Hoy, era la primera cita que ambos tenían a solas, ni siquiera MinHyuk sabía que saldrían pues KiBum así se lo había pedido a TaecYeon. Y él, por supuesto que había aceptado.

Decirle a su padre que estaba conociendo a un hombre mayor, que además era viudo, había sido un tema muy diferente. Hace tiempo que KiBum sospechaba que su padre de alguna forma había intervenido en el hecho de que JongHyun, HanNa y la Sra. Choi no se hubieran aparecido por semanas, por lo que decirle que MinHyuk le había presentado a alguien que en una primera impresión, parecía alguien bastante decente, era un tema que debía tomar con bastante cuidado si es que no quería que su padre reaccionase de la misma manera.

El rubio sonrió llenándose de seguridad, terminó de abotonarse su camisa y agarró su abrigo del perchero junto al espejo de cuerpo completo en el que se estaba mirando.

- Es bastante mayor que tú

- Te dije que lo era – le recordó el rubio – Dijiste que no te importaba

- ¿A dónde irán? – preguntó su padre sentándose en el borde de la cama.

- Al cine y luego a cenar...

- Uhm...

- ¿Qué?

- ¿Que de qué?

[ El Pequeño Kim ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora