Capítulo XIV

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Gracias al destino que tenía un muy buen amigo. JongHyun quería creer en eso y lo hacía, y lo reafirmaba ahora que estaba sentado en aquella mesa en una cafetería común y corriente, esperando a que MinHo llegara.

Desde que KiBum le había echado del departamento y no vuelto a hablar, JongHyun se había sentido tan desesperado, que tuvo que llamar a MinHo y contarle todo lo que había pasado últimamente. Afortunadamente, su amigo asistiría a Seúl a un curso policial, lo que lo hacía la ocasión perfecta para poder reunirse y conversar personalmente de todo. Si había alguien que podía guiarlo en temas sentimentales, ese era MinHo, ¿Quién más sino MinHo, un hombre con una relación estable, hijos y una hermosa familia, podía guiarlo en asuntos del corazón?

La campanilla de la puerta sonó y al alzar la vista de su café, JongHyun se alegró de ver el rostro de ojos grandes de MinHo, quien escaneó el lugar y luego sonrió cuando logró divisarlo, caminando hacia él.

-          Jjong...

-          Hola MinHo, gracias por venir – le saludó, luego de un abrazo compartido - ¿Té? ¿Café?

-          Un café para mí está bien, gracias...

Mientras MinHo se acomodaba, JongHyun ya le había hecho una seña a un mesero para pedirle un café a su amigo. Esperaron unos pocos minutos antes de que el pedido llegara, mientras hablaban superficialmente del curso de MinHo, de cómo estaba Yuri y los niños, quienes seguían preguntando cuándo el tío JongHyun iba a volver a visitarlos.

-          Me alegra escuchar de todo está bien por tu casa...

-          Por favor ahórrate la buena onda, sabes que esa mujer y esos niños me vuelven loco – bromeó MinHo – Quiero aprovechar mis últimos días de libertad en Seúl...

Ambos amigos se largaron a reír. JongHyun sabía que MinHo no hablaba en serio, él siempre era todo bromas respecto a que Yuri lo había engatusado y que los mellizos no eran realmente sus hijos, pero MinHo estaba loco por su mujer y su familia, JongHyun podía notarlo por la forma en que MinHo los miraba lleno de adoración.

-          Entonces, ¿Aún no hablas con KiBum?

-          Prometí darle su espacio, pero no me ha contactado y eso me está haciendo perder la cabeza – se sinceró el mayor – Quiero llamarlo, pero no quiero que sienta que lo presiono. Es... tan confuso. Todo estaba bien, ¡Creí que estábamos bien! Y luego, él comenzó a gritarme, a negar que mis sentimientos por él eran reales, que yo no era gay y tantas cosas que jamás pensé que él me diría... me dolió MinHo, me dolió

MinHo suspiró, echándose hacia atrás para apoyar la espalda en el respaldo de su silla.

-          ¿Él fue el único chico con el que has estado, cierto?

-          Sí, lo es...

-          ¿Y él lo sabe?

-          ¡Claro que lo sabe, se lo dije!

-          Pero no le has confirmado que eres gay

-          ¡No soy gay! – exclamó JongHyun, callándose bruscamente cuando se percató que casi había gritado su respuesta.

Cuando le oyó decir eso, MinHo abrió los ojos y luego enarcó sus cejas en confusión. Había algo raro en JongHyun.

-          No eres gay... - repitió.

-          ¡No!

-          Pero sí tienes sexo con un chico al que ya le dijiste que amabas...

[ El Pequeño Kim ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora