Capítulo XI

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- ¡Entra!

- ¡Sr. Kim! ¡Jovencito Kim!

- ¡Apártese Sra. Park, no se meta en esto! – le gritó el padre de KiBum cuando la ama de llaves quiso sujetar a KiBum, quien casi se cayó cuando su padre lo empujó dentro del departamento una vez que llegaron ahí - ¡A TU CUARTO!

KiBum no había dejado de llorar desde que su padre había aparecido del otro lado de la puerta del departamento de JongHyun. A su padre solo le bastó escanearlo con la mirada, para darse cuenta que el hijo que tenía, ya no era el niño pequeño de antes. Con fuerza lo había sujetado por el brazo, llevándoselo casi a rastras por el pasillo del edificio hasta los ascensores y desde ahí al auto.

Durante todo el trayecto a casa, su padre se mantuvo silente, conduciendo con las manos empuñadas en el manubrio, la rabia y la tensión casi sofocándolo.

El rubio avanzó hacia su cuarto, oyendo a lo lejos cómo su padre le gritaba a la Sra. Park y a Yerin que ni se atrevieran a intervenir en lo que pasaría después. Entró a su habitación y tras él su padre, quien cerró la puerta de un golpe y se le fue en contra, alzando su mano para darle vuelta la cara de una bofetada.

- ¡¿QUIÉN TE HAS CREÍDO QUE ERES?! ¡¿EH?! – le gritó rojo de la rabia - ¡TE LLAMÉ TODA LA NOCHE, ESTABA PREOCUPADO POR TI Y TÚ, ¿VAS Y TE QUEDAS EN EL DEPARTAMENTO DE ESE IMBÉCIL?!

KiBum solo cerró los ojos, aguantando el dolor de su mejilla golpeada que ardía por el calor de la mano de su padre.

- Pa-papá, y-yo, yo...

- ¡¿Qué hiciste?! – le preguntó nuevamente, agitándolo por los hombros, sujetándolo con fuerza - ¡DIME MALDITA SEA, ¿QUÉ FUE LO QUE HICISTE?! – insistió - ¿Te acostaste con él?

Pero el rubio no respondió.

- ¡DIME SI TE ACOSTASTE CON ÉL!

- ¡SÍ! ¡SÍ ME ACOSTÉ CON ÉL, SI LO HICE! – gritó en respuesta, viendo a su padre abrir su boca como si quisiese decir algo, sin hacerlo - ¡HICE EL AMOR CON ÉL TODA LA NOCHE Y MÁS DE UNA VEZ! ¡Y, ¿SABES QUÉ?! ¡ME ENCANTÓ Y VOLVERÍA A HACERLO DE NUEVO PORQUE LO AMO!

Y nuevamente, su padre lo abofeteó en el mismo lado de la cara.

- Golpe-golpéame todo lo que qui-quieras padre... - murmuró KiBum con la voz cortada, llorando - ...pe-pero na-nada de lo que ha-hagas, hará que yo de-deje de amarlo. P-porque lo amo, amo a JongHyun papá, ¡Ni siquiera me importa lo que me hizo! – lloró otra vez, diciéndole aquello con la voz y la garganta desgarradas - ¡Estoy enamorado de él, lo amo con to-todo mi corazón!

- ¡¿Y qué sabes tú de amor, eh?! ¡¿QUÉ SABES TÚ DE AMOR?!

- Lo sé porque lo siento ca-cada vez que él me mira, ca-cada vez que me habla, cada v-vez que él está a mi alrededor – añadió tocándose el pecho – Lo sé porque me hace sentir único, me hace sentir que no hay na-nadie más importante para él, que yo...

- ¡Ese infeliz se acostó con tu mejor amiga y la embarazó!

- Ese infeliz es la persona a la que amo, quien me hizo sentir que valía algo cuando yo no era importante ni para mi madre, ni para ti...

Su padre rezongó, y luego despeinó su cabello en un acto nervioso que parecía ser tan propio de ellos. Caminó hacia la cama de KiBum y ahí se sentó, suspirando como si de pronto se le hubiera ido veinte años encima de su cuerpo.

KiBum caminó hacia él, y se apoyó con las rodillas en el suelo, para de ese modo sostener las manos de su padre entre las suyas, capturando la atención del hombre. Él lo miró.

[ El Pequeño Kim ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora