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「 12 」

CAPÍTULO XII
❬❛  🥀  ⋮ Final alternativo  ❜❭

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—Je t'aime.—

Harry cerró suavemente los ojos, pensando solamente en el Draco que vio en su sueño, e imaginado el Draco que escribió esa triste carta. Ambos eran muy distintos. Las lágrimas se le acumularon nuevamente, solo un par resbalaron por sus mejillas. Las secó con rapidez. Malfoy había sufrido demasiado esos días, técnicamente solo. Para él era imposible entender lo asustado que pudo estar el rubio durante esos días. Daño físico como emocional, ¿por qué nadie había encontrado una solución a ese mal?, todo parecía ir demasiado lento.

Cambio de posición, esta vez recargando su rostro en sus manos, los brazos le daban soporte y tenía los codos en sus rodillas. Sabía que había tomado la decisión equivocada. Que lo decidió así porque estaba presionado. Porque decidió solo porque estaba bastante acostumbrado a cómo estaban las cosas. Y jamás se había cuestionado lo que sentía.

Realmente no amaba a Ginny como los demás decían, la quería, y mucho. Pero era un amor casi fraternal. Pudo sentir algo más por ella en algún momento, pero en ese instante estaba seguro de algo más.

Amaba a Draco Malfoy.

Se levantó del azulado asiento y volvió a entrar al cuarto donde Draco se mantenía inerte. Le tomó la mano, poco le importó lo fría que estaba. Sus piernas temblaron, agachó su cabeza y volvió a cerrar los ojos, esperando que todo fuera falso. Que no estaban ahí, que cuando abriera sus ojos el rubio estuviera con vida.

—Draco, yo también te amo.—

Le hubiera gustado darse cuenta antes, porque eran tal para cual. Había aprendido a soportar su humor ácido, y el veneno de serpiente que caracterizaba al slytherin. Cuando practicaban encantamientos, su magia se mezclaba perfectamente, y Harry sabía que podían ser un buen equipo juntos. Los momentos que pasaron en salones vacíos o en la sala de menesteres iban a ser muy preciados a para el moreno. Malfoy se había ido con la idea de que el beso que se dieron significó poco o nada para Potter. Cuando en realidad fue lo que hizo que éste viera a Malfoy con otros ojos, fue eso lo que le hizo confundirse. Aquel momento de intimidad fue lo que le mantuvo despierto algunas noches pensando en lo que sentía. Se había hecho adicto a Draco Malfoy solo con un beso.

Pero su miedo por no querer arruinar las cosas con él fue tan grande, que lo arruinó de la peor manera posible. Irónico.

—Te amo—. Repitió y siguió sollozando. En ese momento odió haber sido tal lento y de no decidir por lo que su corazón le decía.

Besó el dorso de aquella pálida mano que sujetaba. En cosa de nada desconectaban al chico, y ya no volvería a verlo jamás. Quería usar un giratiempo, o cualquier artefacto que cambiara el destino que vivía en ese momento. Pero todo era demasiado peligroso y podía terminar aún peor.

De pronto, algo apretó de vuelta la mano del gryffindor. Haciéndole abrir sus ojos.

—Potter eres un llorón.—

Harry casi se desmaya cuando le escuchó hablar. Draco estaba ahí, sonriéndole, con el cabello despeinado y una mirada un poco cansada, parecía que acababa de despertar de la mejor siesta de su vida, pero esa sonrisa podía iluminar completamente la habitación antes oscura.