Capitulo 15. Secretos, dudas y promesas

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Aquí traido el cap, espero que guste y para motivar las cosas. Como se acerca el final, estoy haciendo un video de los tres últimos capitulos, más o menos del final, pronto lo subiré, os dejo con el suspense. Muajajajaa.

Comentad, votad, haced los que os de la gana

Adieu;)

Scarlet hacía días que no salía de su habitación, estaba recluida por ella misma, no quería ver a nadie ni siquiera a Oriel, aquello, ese bebé era último que quería que pasase, ella sabía que no estaba preparada para dar aquel paso.

Ella no había tenido una madre durante su infancia que la criase lo suficiente y después de todo lo que había hecho no estaba preparada emocionalmente y menos físicamente.

Sabía en el fondo que no era una persona indicada para ser madre.

Y había un problema mayor, que en las fechas que dicho bebé había sido concebido coincidían con dos personas, Oriel su marido, con la persona que se había casado y hasta hace poco era feliz; y Damian, esa extraña persona que la ponía de mal humor y era su enemigo natural.

Bufó.

Habían pasado casi dos semanas desde que se lo comunicaron, debía salir un rato. Se colocó un pantalón de chándal gris de Oriel y una camiseta negra de tela fina con botones, se remangó las mangas y junto con sus pantuflas peludas salió de la habitación. Por los pasillos la miraban, aquello se había esparcido como la pólvora y eso solo la hacía enfurecer más.

Muchos se le quedaban mirando la barriga, que seguía siendo completamente plana.

Ella encorvó la espalda y bajo las escaleras que la llevaban a su único lugar seguro, su sala de entrenamiento, vale que estuviese embarazada pero eso no iba a quitar su entrenamiento, aquel bichejo que crecía dentro de ella no le iba a impedir nada.

Metió el código de acceso y enseguida olió ese olor a cuero y a aceite de autómata. Se descalzo aquellas cantosas y vergonzosas pantuflas. Las arrojo a algún punto de la habitación, se agachó con cuidado y se remango unos cuantos pliegues los pantalones, al incorporarse de nuevo mientras iba recogiéndose el cabello marco el panel que dieron a cinco autómatas de máximo nivel.

Necesitaba distraerse y como ya se había dicho a si misma, aquel bebé no iba a impedirle nada.

Respiró hondo y asentó la primera patada lateral, por fin estaba descargando toda su rabia contenida por semanas, todas sus emociones se iba con sus golpes, a uno de los autómatas le arranco la cabeza con sus manos y entonces vomito dentro de su cabeza, maldijo a aquellos síntomas odiosos y siguió con su método extraño de relajación; gritos guerreros salían de su boca, más que guerreros eran de frustración.

Estaba harta de que todo en su vida le saliese mal, nunca le habían sonriendo y cada vez que era feliz algo acababa saliendo mal para ella, cuando de un sonoro y doloroso codazo acabo con el último autómata se encamino a su sala de descanso.

Allí se encontró con Cathleya, se maldijo a sí misma, se había olvidado por completo de ella, de repente se sintió culpable y sonrió debilmente.

   - Perdóname Cathleya me había olvidado de tí.

La pelirroja sonrió y negó con la cabeza.

   - No te disculpes, ya es mucho que me dejases permanecer aquí a demás Levin me visita todos los días.

Eso la sorprendió y se dejo caer en uno de los sillones sueltos, resopló.

   - No quiero ser maleducada pero Levin me lo dijo -se palpó la barriga y sonrió-, es algo maravilloso, enhorabuena.

Crónicas Elementales 3: Viento Diamantino. © [PRÓXIMA REEDICIÓN EN AGOSTO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora