Capítulo Dos

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Su cuerpo se encontraba en un estado crítico, uno que portaba un calor absoluto el cual lo consumía por completo

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Su cuerpo se encontraba en un estado crítico, uno que portaba un calor absoluto el cual lo consumía por completo. Una y otra vez se removió en las frazadas con el único fin de buscar un lugar frío para calmar su calor, sin embargo, de inmediato se sobresaltó al notar que la textura de tela no son la mismas que poseía su cama y junto con lo espacioso que es este colchón.

¡Qué mierd...!

Movió su cabeza de un lado a otro visualizando el lugar y al caer en cuenta que no es su habitación, se espanto.

¿¡Pero dónde carajos está!?

Al ovservar el ventanal, sin pensarlo dos veces tomo rumbo hacia allá. Con desesperacion habrio la puerta corrediza de cristal y vio por el balcón.

¿Esto es un hotel...? ¿¡Qué mierda esta haciendo en un hotel!?

Restregó sus ojos y nuevamente los abrió para pestañear una y otra vez por toda la confusión del momento y el sobresalto de saber que no esta en su casa, y al final, alzó su voz con espanto desesperante:— ¿¡C-cómo llegué aquí!?

Sacudió su cabeza y comenzó a recordar lo sucedido de ayer.

"Primero estaba en la universidad con Lyria, luego vio a su padre quien los invitó a cenar, y por último, se quedó solo con él y empezó a beber algunas copas de vino".

— Soy un idiota... —soltó en un hilo de voz con los ánimos de querer morirse—.

Su cuerpo se sentía débil, raro, y además, muy caliente. ¿Y cómo no? ¡Si bebió alcohol!

Nuevamente observo la luna «al parecer aún es de noche». Olivier retrocedió sus pasos y busco por todas partes su ropa, pero no la encontraba mientras agradecía internamente de estar con unos bóxer, pero...

¿¡Por qué carajos se encontraba así!?

Se aproximó donde una puerta y la abrió para ver la aparentemente sala principal.  El lugar se encontraba un poco iluminado —tan solo por unas luces de la ciudad que atravesaban el inmenso ventanal del lugar—, silencioso y sin rastros de vida. Sus ojos se fijaron en una mesa: un espacioso mueble de vidrio y con sillas del mismo diseño, a un lado un pequeño bar con dos bancas, una pequeña cocina y unos sillones blancos en el centro del lugar con una hermosa alfombra de piel de oso polar.

— ¿Qué es esto? este lugar no parece un hotel...

Bueno, si bien hay hoteles lujosos que poseían una ambientación como esta, "esta en particular" no daba aires de que una que otra persona transitarán por aquí.

No, es como si fuese un ambiente familiar pero solitario.

Un ruido llamó su atención, y no uno cualquiera sino que "la respiración de alguien". Entre un poco espantado pero con valentía se fue acercando a uno de los sillones y vio a un hombre, no, mejor dicho, a ese sujeto de antes el cual es el padre de Lyria. Aquel yacía acostado en el más grande de los asientos y a un costado de él se encontraba su ropa, su billetera y su celular.

Sugar DaddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora