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[¿Qué pasa?]
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Algunos silencioso días pasaron desde aquella pelea que tuvieron ambos chicos, cada uno asimilando aquello de forma diferente.

Mientras el joven secuestrador se mantenía pensativo y distante, Bonnie se encontraba muy alterado y apartado también.

El pelimorado tenía miedo de arruinar más las cosas, de lo que ya estaban, pero la distancia que tenía ahora el secuestrador hacia él lo torturaba mentalmente, sentía que su problema ya no tenía arreglo.

Literalmente se habían distanciado demasiado, tanto era así que la única hora en la que se encontraban juntos era, o cuando Bonnie debía comer y el Joven Secuestrador le traía la comida, aun así se retiraba de inmediato, y cuando debía ir a bañarse, pero igual todo el viaje desde sótano al aseo era silencioso e incómodo puesto que el secuestrador no soltaba ni una vocal.

Bonnie lo único que podía hacer era mantenerse en silencio y con la cabeza gacha debido al resentimiento ajeno.

–Necesito respuestas...– soltó con un desmesurado suspiro el de mechones violáceos mientras su mirada yacía fija en el techo, al parecer éste se había vuelto su confort en los momentos de agonía.

Bonnie ya no encontraba ninguna forma en la que poder hacer que el secuestrador hablara con él, pues todas las ideas que había pensado las había descartado en el mismo momento que les veía imposible.

Y lo que mas necesitaba ahora era entablar esa conversación con el contrario, necesitaba saber esas respuestas, al menos de la manera más pacífica como lo era el diálogo, algo que tuvo que haber hecho antes de ir a lo brusco, como todo niño berrinchudo.

Pero no podían culparlo ya que él era así, solía actuar sin pensar.

–Dudo que quiera...¡Ash!...tampoco sirve esa idea – ahora mismo había descartado otra idea loca que había surcado su mente, ya cansada de tanto pensar.

Sabía que si le pedía algo al más alto, éste no le respondería y solo se iría de Ahí.

–Aunque no entiendo... ¿Por qué le afecto tanto lo que le dije?– era sin duda la gran cuestión que más se hacía presente en sus pensamientos.

Bonnie no comprendía por qué esta vez sus palabras le habían afectado de esa manera al secuestrador, pues ya con anterioridad le había dicho cosas feas oh hasta había sido una gran carga pesada para el otro, aún así el secuestrador jamás se había enfadado tanto con él por haber hecho esas cosas entonces "¿Por qué esta vez fue diferente?" Pensó y con una mirada dudosa dirigió su mirada a la escotilla.

Enserio deseaba verlo, otra contradicción a su pensar más profundo, aquel que aún guardaba temor por la realidad, el que temía al secuestrador por los misterios oscuros que podía guardar.

Pero necesitaba ahora ser valiente porque si no le tocaría vivir en ese sótano para siempre y eso era, ahora, lo que menos quería.

–Crear una vida a base de mi imaginación es difícil si no le hallo la realidad– murmuró un tanto decaído.

Pues las penas ya empezaban a presentarse en su corazón, pero trataba de distraer su mente en otra cosa para no sentirse mal, aún así le era sumamente difícil no pensar en su secuestrador.

Quién se supone era su pareja.

–No entiendo...estos sentimientos– tocó la parte de su pecho donde supondría se encontraba situado su corazón, sintiendo con la palma de sus manos las aceleradas pulsaciones que hacía éste órgano.

Se giró levemente mirando hacia la pared que estaba al costado de su cama, intento regular sus latidos aspirando lentamente aire, pensar en el contrario lo molestaba.

Chico De Las Pantuflas Mojadas |+18| [BxB] |TERMINADA|Where stories live. Discover now