Capítulo 3

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El camino hacía la heladería había sido silencioso e incomodo. Después de 15 minutos los dos jovenes llegaron a su destino.

Una vez allí hicieron cola y esperaron hasta que llegase su turno, y después de un tiempo corto les tocó.

- Hola- dijo una empleada del establecimiento.

- Hola- respondió el noruego- ¿ Tú qué quieres Thomas?

- Emm.. Un helado grande de cucurucho de chocolate blanco de tres bolas de galleta las tres, con chispitas, y dos barquillos, por favor.

- Muy bien- dijo la empleada.

- Yo quiero un cucurucho grande de chocolate negro de tres bolas de...- en ese momento el noruego miró al británico, indicándole que no sabía que elegir. El contrario suspiró.

- De nata, cereza y vainilla, con chispas y una cereza- añadió el de azul.

La chica hizo el segundo helado y se lo dio a su dueño, luego de eso Tord pagó.

Los dos salieron del establecimiento, cada una comiendo su respectivo helado. Empezaron a caminar sin un rumbo, y en medio del silencio Tom decidió decir algo.

- Entonces... Tord, ¿ qué tal está tu helado?

- Pues la verdad es que delicioso, ¿ quieres?- dijo el de dos cuernos en el pelo extendiendo su helado.

Tom se lo pensó, debido a que mientras que él tomaba su helado con una cucharilla, Tord le daba lametazos, y todo su helado estaba cubierto por sus babas. Después de unos segundo decidió aceptar.

Visualizó la parte con menos babas posibles y ahí fue donde enterró su cuchara.

Al pricipio tenía miedo, pues le había recomendado tres sabores que él en su vida habría combinado, pero después de tragar su sorpresa fue agradable. Resulta que le había encantado la combinación de sabores.
Rápidamente volvió a insertar su cucharilla en el helado del más alto para repetir esta acción unas cuantas veces.

De repente se dio cuenta de que aquel helado no era el suyo, y que Tord le veía asombrado, primero a él, luego al helado.

El británico se dio cuenta de que se había tomado casi todo el helado, ya que él ya se había tomado el suyo.

- Lo siento muchísimo Tord.

- No pasa nada, solo es un helado, ¿ quieres otro?

- Emm..... Sí.

- Genial, vamos.

Los dos volvieron al lugar donde pidieron sus helados por primera vez, para ahora pedir dos helados completamente distintos, pues antes no se dieron cuenta de que más adentro de la tienda había una zona muy mona que hacía unos helados preciosos.

Los dos pidieron sorpresa, que era que las empleados te hacían un helado aleatorio, pero kawaii.
Los dos se sorprendieron de una manera positiva al ver sus helados, ya que eran preciosos.

Los dos se sorprendieron de una manera positiva al ver sus helados, ya que eran preciosos

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Los dos salieron de la heladería otra vez muy contentos, pero ahora tenían un rumbo. El parque de atracciones.
Tord lo había propuesto y a Tom le había parecido una idea genial.

Después de terminar los helados, se fueron rumbo al parque de atracciones. Una vez allí Tord le compró algodón de azúcar a Tom y se subieron a un montón de atracciones.

El día pasó rápido entre risas, gritos de diversión, algodón de azúcar, helados, fotos y refrescos

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El día pasó rápido entre risas, gritos de diversión, algodón de azúcar, helados, fotos y refrescos.

Después de recorrer el parque entero decidieron ver el espectáculo final, muy bonito al parecer de los dos.

Volvieron a casa andando, tal como habían llegado.
Los dos no paraban de soltar chistes, bromas o recordar momentos divertidos de las montañas rusas y otras atracciones.

Sin duda un día estupendo.

Los jóvenes habrieron la puerta de su casa y entraron riendo, tal como iban por el camino, cosa que sorprendió  a Edd y a Matt.

Tom y Tord le explicaron lo bien que se lo habían pasado y todo le que habían hecho.

A la hora de cenar el de sudadera azul y roja comieron poco, pues estaban llenos de los dulces previamente ingeridos.

Después de cenar todos ayudaron a limpiar, y luego de eso fueron al salón a ver que echaban en la televisión.

En ese momento por la mente de Tom pasó su plan inicial, averiguar por que Tord estaba allí. Se lo pensó un momento, pero decidió no estropear el día y el buen momento que estaban pasando.

A la hora de dormir, el de cuencas/ojos negros no podía dormir, debido a que un recuerdo pasaba por su mente una y otra vez. El momento en que Tord le agarró la mano en la bajada de una montaña rusa porque Tom tenía miedo.
Y luego de ese recuerdo se le vino a la mente cuando le preguntó si quería un osito de peluche que había en uno de los juego.

Esa noche Tom no durmió.

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Les dije que este capítulo sería mejor que el anterior, la verdad es que me e esforzado lo máximo posible, espero que les guste.
Y antes de irme me gustaría dejar una imagen de un pequeño adelanto del siguiente capítulo, bueno ahora si me voy.

Bye~

Bye~

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¿ Otra vez aquí Commie?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora