Siete

1.4K 182 207
                                    

No soy gay

Estoy algo nerviosa de pasar más tiempo de lo planeado con Marcelo.

—La biblioteca —propongo.

—No. No te permiten ni respirar en ese lugar —Un punto a su favor, y algo exagerado.

—¿mi habitación o la tuya?

¿Qué buscas de él?

—No —declara levantando la vista de su libro de química, seguido de una pausa —. En definitiva no.

—¿después de clases? —Es mi mejor opción y la última.

Duda antes de responder.

—Tengo practicas.

Estiro los brazos sobre mi mesa, tomo un lápiz y lo llevo hasta mis labios y comienzo a mordisquearlo, es desestresante. Estoy inquieta, se me revuelve el estomago de solo pensar que pasaremos tiempo solos. Las zanahorias enteras que nadaban en la pasta verdosa que almorzamos hace una semana y genero en ese momento arcadas en mi organismo, se proyectan en mi mente logrando tener el mismo efecto por segunda vez.

Nos resulta una misión imposible concordar un cita para estudiar. Una hora y fecha para fortalecer las matemáticas. Las evaluaciones continuas están torturándome y la época de exámenes está a la vuelta de la esquina.

Marcelo está muy ocupada en el rugby, un juego del que no logró entender ni el nombre. La única razón por la que soy espectador de las prácticas quizás se deba a los mini pantaloncillos color negro que usan mis compañeros, no puedo afirmar nada por ahora.

Con la cabeza gacha Marcelo Kuczynzky muerde su labio de esa forma tan pretenciosa, lo hace siempre que se predispone a pensar, incitándome a desvivirme por besar su boca.

Son las hormonas, últimamente se encuentran muy activas.

—Después de las prácticas, en las graderías —sugiere. Apruebo su propuesta sin tener otra opción por la cual inclinarme. Pronto mi tutor me indica la hora y se retira a su asiento cuando nuestra siguiente asignatura comienza.

...

Sudoración, golpeteo continuo en el tórax, estoy nerviosa. Doy media vuelta y vuelvo a caminar sobre la tercera grada cuidando de no tropezar y rodar cuesta abajo. Llevo un buen rato esperando a que terminen las practicas de Rugby. Traigo bien pegado al pecho mi cuaderno de matemáticas y un lapicero en mi bolsillo izquierdo. Tome clases extras con Samuel antes de salir, debo decir que como tutor falla, se dedico a gritarme y tachar todo lo que escribía. Es poco tolerante. Agradezco que Laflamme no sea partidario de la violencia, de ser lo contrario tendría un par de costillas fracturadas.

Marcelo esta todo sudado y sucio. Sube las graderías en mi encuentro. Se sienta, aún sigo de pie expectante a una palabra suya, se seca con una toalla y toma de su bebida energética antes de hablar.

—Bueno, ¿Qué quieres reforzar?

Todo.

Tras una explicación burda, me coloca un ejercicio y aguarda a que lo solucione. Me pone ansiosa tenerlo viéndome, encima estamos muy cerca, su rodilla casi choca contra la mía.

Como podría concentrarme así.

Miro el ejercicio, me recuerda al fatídico día donde fui avergonzada. Un recuerdo desagradable y amargo que me distrae.

¡No entiendo nada!

Ese es el resultado de babear por tu tutor en lugar de tomar atención a sus palabras.

Sí, soy un chico Where stories live. Discover now