XLIII. Mi mujer, llamada guitarra

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Guitarra,
muchos te vemos como mujer
Debe ser por la manera en que te tocamos:
Con tanta dulzura, con tanto placer. 

Eres altamente cariñosa
haces que se convierta en compañía cada espacio;
pues la única forma en que me permites tomarte
es con un abrazo. 

Quiero llegar a comprender todos tus sonidos;
aprender a hablar tu lenguaje universal.
Quiero encontrar en cada acorde en compañía,
la certeza de que la música nos convierte al inmotal.

Guitarra que eres melodía del silencio
Estás mojada,
Por haberte bañado de mis lágrimas
Y ahora tu madera huele a mis recuerdos.

La mujer de las curvas perfectas, entre cosquillas, déjame sacarte la risa;
mi fiel amante en el amor
y mi consuelo, cuando tengo el corazón hecho trizas.

No puedes ser solo cultura
si me he apropiado de tu identidad.
Te doy incluso un nombre
para que atiendas mi llamado, y sepas que de entre tantas, es a ti a quien quiero tocar.

¿Qué pensará mi musa
cuando se entere
que eres tú quien me acompaña en la poesía?
Callaré entonces, cuando me pregunte, si es que me ayuda su sonrisa. 

Me gusta como en las composiciones vamos hablando 
me aconsejas, me evitas escribir y me fuerzas ciertos versos.
Cuando las palabras me hacen huelga,
con tu melodía encuentro los complementos. 

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¿Qué te inspira tocar un instrumento?
GRACIAS

El funeral del tiempo (AZUL) (En edición)Where stories live. Discover now