LVI. 1999

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Ya no tendré que abandonarme,
por cumplir los sueños de quien presenció mi lucha
en aras de la redención.

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Hay ciclos en los que permito
que quien mora entre versos,
sustituya,
al que vaga en esta realidad.
Pues con ello supe que fui la réplica.
La que sirvió como ejemplo de la tragedia.
La mil veces predicada,
mas nunca puesta en práctica.

Ya soy naufragio de versos incompletos,
mientras escucho canción inédita entre olas.
Y uso la llama de mi pecho, como una fogata que me abriga,
temiendo que se convierta en el incendio que me ahogue las memorias.

Así que no podré ser testigo de mi propia mente
en su exilio de ideas y remordimientos,
impugnados hasta el cansancio
en el devenir del amor.

Y así,
poder mostrarme frente a las masas
y apuñalarme el corazón.
Como prueba de que me es inservible.

Hasta que me canse de ser sombra
en este vaivén de versos liberados.
En este coro de quienes cantan para ser recordados.
En la danza de los olvidados.

Y sea espectador de una obra que brilla por su entreacto,
mientras veo al sol y a la luna reposando en el mismo lugar.

Mientras tallo en poemas de madera, el rostro de todo aquel que en mi vida se encontró.
Hasta que sus ojos,
no me inviten la nostalgia.

Y seguiré recorriendo este sendero,
de los errantes que sufren por lo que no pueden escribir.
De los que atascados entre líneas repletas de sinónimos,
solo dictan soledad.

Mientras espero,
estuarios de esencias,
que desemboquen en los mares
de mi idealizada realidad.

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Ah...
Suspiro por lo que nunca llegó a pasar.

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¿Cuál es tu año de nacimiento?

Gracias, espero que te haya gustado el poema.

El funeral del tiempo (AZUL) (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora