II: ¿Tú? ¿Cómo?

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La curiosidad es algo innato en todos los científicos y me moría de ganas por saber que ocultaba, primero la rodé un poco abriendo una ranura y miré, solo se veía una habitación vacía, pero tenía algo raro, las paredes estaban cubiertas de árboles de piedra, madera fosilizada, que no es fácil de encontrar. Entonces y sin pensarlo ni un instante más entré, nada más hacerlo oí un ruido de cadenas a mi derecha, miré y me quedé paralizado. Cassandra estaba sentada en el suelo, con los pies atados, las manos esposadas colgadas de la pared y la boca amordazada con un pañuelo blanco

-¡Cassandra! -Susurré mientras corría junto a ella y le quitaba la mordaza- ¿Estas bien?

-No, Varian -Dijo algo enfadada- ¿Y que haces tu aquí?¿No será todo esto un plan tuyo?

-No, Paracelsus me trajo, dijo que me necesitaba.

-Pues corre antes de que te encadene a ti también, a saber qué piensa hacer con nosotros. ¡Corre! no pierdas tiempo.

-No me iré sin antes soltarte.

Intenté liberarla de las esposas pero me resultaba muy complicado, jamás he sido tan hábil con esas cosas como Flynn, Ezequiel o la Sra. Donovan.

-Varian... -Me interrumpió Cassandra.

-Calla, solo es un momento.

-No Varian, detrás tuyo, ¡Cuidado!

No me dio tiempo a darme la vuelta, ese maldito de Paracelsus me agarró por detrás tapando la boca y alejándome de Cassi.

-¿Qué crees que estabas haciendo muchacho? -Me dijo enfadado.

Entonces el sonido de otras cadenas me hizo entrar en pánico, era Paracelsus que traía unas esposas para mi. Mientras él trataba de ponermelas yo intentaba soltarme de su agarre.

-¡Déjale en paz! -Gritó Cassi.

Al final le di una buena patada entre las piernas y me soltó, yo corrí a la otra esquina de la habitación, cuanto más lejos de él mejor, así nos quedamos: Paracelsus en una esquina de la habitación, yo en la opuesta y en la de en medio, a mi derecha y justo de frente al malo estaba Cassandra. Yo estaba aterrado y mi corazón iba a cien, apoyé la espalda contra la pared con cansancio, pero cuando me miré las manos me asustó ver que Paracelsus me había logrado poner las esposas y con la adrenalina ni me había dado cuenta.

-¡Qué coincidencia que ya os conozcáis! -Dijo Paracersus burló- No podría ser más conmovedor.

Entonces levanté la mirada y vi como Paracelsus se le acercaba a Cassi, muy despacio, pero sin quitar esa amenazantes sonrisa. A ella se la veía asustada, se sacudía intentando soltarse. Al fin reaccioné, corrí hacia ellos y me planté justo entre los dos, le di la espalda a Cassi y me quede frente a frente con Paracelsus, desafiante y muy valiente.

-A ella no la tocas.

-Ya veo, sois pareja. Mira muchacho, la necesito para el experimento.

-Pues tomame a mi en su lugar, pero a ella dejala tranquila.

-¡No Varian! -Gritó Cassi.

-De acuerdo chico, siéntate ahí.

Yo como un iluso hice lo que me dijo, me senté en el suelo y dejé que me atase.

-Ahora suéltala.

-Emmm... No.

-¿Qué? ¿Ese no era el trato?

-Ese no sería tu trato, pero es el plan que tenía desde un principio, os necesitaba a los tres para el experimento, debía saber si el sexo o la especie... -Dijo mostrando a Rudiger en una jaula- ...afectan al resultado.

The Alchemist Return - 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora