Capitulo 24: "Nothing is gonna change"

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La casa se quedó en silencio, Louis me observaba. Cerró los ojos y miró al suelo, para luego levantar la mirada y sonreír.

-Val, sabes que somos como hermanos, por ello yo espero lo mejor para ti.

-Lo sé Lou, pero ¿Qué sucede? –Murmuré mientras sonreía tratando de ocultar la impaciencia ante la respuesta de mi castaño amigo.

-Valerie, iré al punto. –‘Gracias a Dios’ pensé. –Creo que deberías hablar con Harry.  

-Louis, no creo que pueda hablarle sin ponerme a llorar antes. –Afirmé. Sinceramente me sentía débil como para hablar con él. Al menos esperaría un poco más.

-Hay amiga ¿No lo ves? Harry te aprecia. –Soltó. Miré mi café, aún seguía tibio.  

-Louis, no creo que me aprecie de la manera que yo quiero. Intentaré hablar con él, pero no esperen tú y Lottie que seamos algo más. Yo sé muy bien que el no siente lo mismo que yo. –Exclamé algo enojada mientras levantaba la taza de café y tomaba un sorbo. Él se levantó de la silla y caminó hacía la puerta.  

-Recuerda Val, “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.” –Luego de esto, mi amigo abrió la puerta y se marchó. Genial, ahora si que estaba confundida ¿Por qué todos se creen con el derecho de decirme que debo hacer? Ya sufrí suficiente, aunque… ahora que lo pienso, él jamás me dijo que no. Moví mi cabeza bruscamente hacia ambos lados.

Caminé hasta el mercado, faltaba un cuarto de hora para las cuatro. El cielo se veía claro y limpio, azul y brillante, era hermoso. Las parejas se encontraban comprando cosas para sus casas, algunas parejas más jóvenes estaban paseando en góndolas.

-¿Recuerdas cuando paseamos en una? –Una voz ronca y reconocible susurró sobre mi oído. Mi piel se estremeció, no hacía falta que me volteara para saber que era Harry Styles el que se encontraba tras mío. Sentí mis ojos hincharse y garganta secarse. Tragué saliva, no podía dejar que él me viera débil. Corrí mis mechones de mi rostro y me giré a verlo.  

-Fue un día especial para mí. –Contesté con una sonrisa, parecía forzada, pero no lo era. –Lamento haberte gritado el otro día. –Realmente me arrepentía, no había sido bonito gritarle para luego prácticamente cerrarle la puerta en la cara.  

-Supongo que a nadie le gusta que le traten de niños pequeños. –Murmuró mientras se sentaba al lado mío, en esa pequeña mesa. En la mano traía dos helados. –Mi regalo por haber sido terco ese día. Realmente me gustaría arreglar las cosas contigo Val. –Respondió mientras me entregaba el helado de chocolate, mi sonrisa no tardó en aparecer.

-Te perdono ¿Amigos? –Respondí dulcemente mientras consumía mi helado. Él me miró y sonrió.

-¿Val? –Liam se apareció frente a mí sonriendo. Me levanté de la silla y corrí a abrazarlo. Pude sentir la mirada de Harry observándonos, pero sus ojos reflejaban… ¿Celos?

Dear DairyWhere stories live. Discover now