Capitulo 34: "Wish upon a star"

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*A los quince años*

-Papá... -Soltó Valerie en un amargo sabor a hipócrecia. -¿Que haremos para mi cumpleaños?

-Nada Valerie. Puedes salir si quieres. -Soltó secamente mientras se humedecía el dedo índice para pasar las hojas del periódico. El simple hecho de que no la mirara a los ojos, era suficiente para que Valerie estallara en lágrimas.

Corrió deprisa, subiendo las escaleras, y tratando de no llevarse nada por delante. Abrió la puerta de su habitación y se arrojó a la cama.

El diaro que días antes se había comprado seguía allí, tan rosado como desde el día que lo vió a través de la vitrina. Su candado dorado parecía mágico, y el de la tienda de antiguedades dijo que era "Especial".

Cerró sus ojos, y se sentó en la cama. Las sábanas eran suaves, y tenían olor a frutilla consigo. Se imaginó una vida llena de amigos, de cariño... de familia.

"Deseo tener familia.

Deseo encontrar el amor.

Deseo... ser feliz" -Susurró mientras una de sus lágrimas caía sobre el candado. Este brilló ante la luz de las estrellas que se reflejaban desde el cuarto de la morocha.

Valerie sonrió, incrédula de lo que acababa de hacer. Ya tenía quince, pero seguía comportándose como si fuera una niña pequeña con todos esos sueños y fantasías del principe azul...

*De vuelta en Venecia*

-Pero aún no entiendo... ¿Cómo...? -Valerie se encontraba enredada, y si bien entendía ciertas cosas, aún creía estar soñando despierta.

-Valerie, ese día pediste tres deseos. El candado se abrió ¿Lo recuerdas? -Exclamó mientras Valerie trataba de recordar que había sido de aquel dorado instrumento.

Era cierto, ella jamás lo había visto después de esa noche, incluso después de que buscó por toda la casa, y le preguntó a las que trabajaban allí si no lo habían visto.

-Pues, yo soy algo así como "El ángel del candado", pero cuando tengo que trabajar en la tierra uso el nombre de mi vida pasada; Liam Payne. -Sonrió de una manera cálida, y a Valerie se le llenó el corazón de regocijo. -Valerie, al fin eh podido cumplir tus tres deseos. Espero que seas feliz.

Una ráfaga de aire se levantó, dejando a Valerie protegida entre los brazos de Harry. Este no había logrado captar mucho lo que Liam decía, pero nunca dejó de amarrar a Val por la cintura. Eso la hacía rebosante de felicidad.

-Valerie...

-Harry, quiero ir a casa. Estoy muy cansada ¿Te importaría ir a casa por ahora? -Espetó la morocha mientras un tono cansado, desgastado se oía en su voz. Harry la miró y -a pesar de la curiosidad- asintió con la cabeza.

La noche transcurrió lenta para Valerie, que solo daba vueltas en la cama. Había despertado a Harry más de una vez, pero él sabía bien lo mareada que estaba. Solo volvía a dormirse como las otras veces, sin dejar que eso importara mucho.

Dear DairyWhere stories live. Discover now