Capítulo 7

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- "Hola" - Saludó Agoney al desconocido al que acababa de abrir la puerta.

El chico lo miró, carraspeó nervioso y le dijo: 

- "Hola... Emm.. Estoy buscando a Agoney Hernández. Me dieron esta dirección"

- "Sí. Soy yo."

El chico le miró más intensamente, entrecerrando los ojos mientras le escaneaba cada facción de su cara.

"¿Pa... pasa algo?" - Preguntó Agoney confundido por la extraña actitud del chico que tenía enfrente.

- "Dios Agoney... - Al desconocido se le empezaron a humedecer los ojos - "Te pareces muchísimo a mamá..."

Agoney sintió que se le helaba la sangre. Retrocedió un par de pasos sin entender nada de lo que estaba pasando.

-"Pequeño...Soy yo... Soy Ricky... Soy tu her-"

- "NO!" - Le interrumpió - "No sé qué clase de broma es esta ni quien coño eres tú... Pero mi hermano murió hace años"

El chico se quedó petrificado. Fue a responderle pero el grito del padre les hizo girarse a los dos.

- "¿Qué coño haces tú aquí?" -Dijo encarándose con su hijo mayor

- "Le... ¿le dijiste que estaba muerto?"

- "Para mí siempre lo has estado!"

Ricky miró a su hermano. Agoney estaba en estado de shock y miraba alternativamente a ambos sin creer lo que estaba oyendo.

"Y tú imbécil" - Dijo el padre encarándose y zarandeando a Agoney - "¿Porque coño le abres la puerta?"

El padre levantó su mano. Iba a darle una bofetada y Agoney no tenía fuerzas para intentar esquivarla.

Ricky le cogió del brazo antes de que lo hiciera y se encaró con él.

- "Ni se te ocurra ponerle la mano encima!"

- "Quién te crees que eres para decirme lo que puedo hacer con mi hijo! Sólo eres un maricón de mierda!"

- "Ya no te tengo miedo. No eres nada. Ya no puedes hacer nada. Vas a pegarme otra vez, padre? Vamos, pegame!"

Agoney seguía en silencio. De repente se volvió a sentir pequeño. Volvió a ser ese niño de 4 años espiando la misma situación que entonces. Y como aquel día, sintió que debía proteger a su hermano. Tenía que salvarle del "mostro". No quería verle llorar ni esos ojos rojos que eran, en definitiva, el último recuerdo que tenía de él.

Se metió en medio de los dos y abrazó a su hermano. Ricky le correspondió estrechándole entre sus brazos. 

- "Vergüenza de hijos maricones" - Les gritó su padre con asco. Y dirigiéndose a su hijo mayor, continuó - "Espero no verte por aquí cuando vuelva del trabajo, no eres bienvenido!"

El padre salió de la casa dando un portazo y los hermanos siguieron abrazados un largo rato.

- "Ri.. Ricky... Ri..." - Balbuceaba Agoney en el hombro de su hermano. Tantos años creyendo que nunca más lo vería. Y su hermano estaba allí. Su superheroe había vuelto a por él. Su superheroe no le había abandonado.

- "Suéltalo todo, pequeño. Suéltalo todo" - Dijo el mayor acariciándole la espalda.

Y así lo hizo. Agoney gritó con todas sus fuerzas. Todas sus lagrimas retenidas salieron en ese preciso instante. Se aferró al cuerpo de su hermano y soltó todo lo que llevaba guardando durante tanto tiempo. Se desplomó agotado. Ricky lo llevó al sofá y se sentó junto a él, envolviéndole en sus brazos de nuevo  y dejando que descansara junto a él mientras le acariciaba y le  besaba la cabeza como la última vez que se vieron, 13 años atrás.

No podía decir el tiempo que había pasado, pero no le importaba. Por fin estaba con su superheroe y no quería terminar ese momento. Quien sabe si le volvían a quitar ese momento. Seguía aferrado a su cuerpo. Porque no quería separarse de él. Porque le habían arrancado a su hermano mayor y no quería que volviera a pasar. 

-"Llevaba tanto tiempo buscándote, pequeño" - Dijo el mayor una vez la respiración de su hermano se había normalizado - "Al final fue tu amigo el que me encontró a mi"

- "¿Mi amigo?"- Agoney se incorporó para mirarle

- "Raoul, me dijo que se llamaba. Se nota que te quiere mucho"

Agoney se quedó de piedra. Recordó lo que le dijo aquel día "Lo único que podrías hacer para ayudarme sería traer a mi hermano, y eso no puedes hacerlo". Y sí. Realmente lo había hecho. Raoul lo había hecho. Raoul había removido cielo y tierra para conseguir encontrar a alguien que creían muerto, sólo para que Agoney volviera a recuperar la sonrisa. ¿Cómo no iba a quererle? Raoul se merecía el mundo entero. Y él lo alejaba.

- "Al final ganó la carrera"

- "¿Qué?" - Preguntó Agoney saliendo de su trance y mirando de nuevo a su hermano

"El caballito. Al final compitió en la carrera que le daba miedo porque pensaba que no le aceptarían por no ser tan fuerte como el resto. Y la ganó. Y todos le aclamaron. Y se dio cuenta que tenía que aceptarse a sí mismo, porque el único que no creía en él, era él mismo".

"El cuento de los caballitos..." - Recordó Agoney con una sonrisa nostálgica y quitándose las lágrimas que aún le asomaban.

"El cuento de los caballitos" - Repitió su hermano retirándole las lágrimas con los pulgares - "El cuento que no pude terminar de contarte"

Agoney sonrió y volvió a hundir su cabeza en el hombro de su hermano. Era él. Su olor. Su voz. Era él y estaba allí. Contándole el final del cuento de los caballitos. Protegiéndole de nuevo de los "mostros". Su superheroe había vuelto. No estaba en ninguna estrella. Estaba allí, con él. 

Y después de tanto tiempo, Agoney volvió a sentirse a salvo. 


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⏰ Last updated: Mar 04, 2019 ⏰

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Aquella estrella de alláWhere stories live. Discover now