two

1.1K 89 240
                                    

Zayn

Un constante ruido acompañado de una intensa vibración penetra en mi mente sin piedad cuando menos me lo espero, alterando el sueño que estaba teniendo —sueño que no tiene sentido alguno y que, mucho menos, podré recordar en cuanto abra los ojos hacia el mundo— y activando todos mis sentidos poco a poco, así como mis músculos, aún cuando yo no quiero despertarme todavía. Decido ignorar lo que cojones sea lo que ha provocado que me despierte, manteniendo mis ojos cerrados a pesar de que sea consciente, más o menos, de la realidad para intentar dormirme de nuevo; imposible. El jodido ruido o tortura vuelve a escucharse en mi apartamento, retumbando en mi cabeza con tal magnitud que suelto un gruñido casi primitivo de dolor; joder, es como si alguien se estuviera dedicando a taladrarme literalmente la cabeza para hacerme sufrir. Y lo peor es que lo está consiguiendo de una manera demasiado cruel.

Suelto un suspiro largo y pesado a la vez que me paso mi mano izquierda por mi rostro, apretando las yemas de mis dedos en mi frente con fuerza para ver si con la presión que ejerzo en la zona que más castigo me está dando, el dolor remite un poco. Pero no. Al contrario, parece agravarse más y enseguida aparto mi mano sin utilizar fuerza muscular; apenas tengo fuerzas en el cuerpo o en las extremidades, de hecho, me siento como si tres camiones hubieran pasado por encima mía. Gracias al estruendo de hace unos minutos, ya soy consciente de mi alrededor, por lo que dudo que pueda sumergirme en un sueño de nuevo; tampoco podría con la sensación constante de que la cabeza me va a explotar. Me muevo del sofá con lentitud y dificultad por la postura tan incómoda en la que estaba durmiendo tan plácidamente, ¿cómo he conseguido dormirme de tal manera?

— ¡Zayn, abre la jodida puerta! —escuchar la voz de Louis a través de la madera de mi puerta es todo lo que necesito para volver a la realidad por completo y atar cabos: el ruido por el que voy a tener que tomarme una aspirina era mi mejor amigo tocando a mi puerta y a mi timbre a la vez. Cuando esté más decente y sin parecer un muerto, tengo que matarlo.

— Ya voy —contesto pero dudo que él lo alcance a escuchar porque el tono que ha salido de mi garganta es ronco, tosco e inaudible. Parece como si me hubiera pasado tres días seguidos sin parar yendo de fiesta en fiesta, cosa que me sorprende hasta a mí. Quizá mi repentina afonía se deba a que estoy recién levantado o a que mi garganta sufrió bastante ayer cuando grité como un loco; sea lo que sea, no es algo que me preocupe ya que tengo problemas más grandes ahora mismo con los que lidiar.

Después de cuatro intentos fallidos en los que he caído de culo al sofá de nuevo, ni siquiera he podido concentrarme bien en levantarme o el mero movimiento de impulso ha provocado una lluvia de estrellas en mi cabeza de dolor, consigo levantarme. Entre quejas silenciosas por mi parte, pasos lentos dignos de una tortuga en todo su esplendor y la sensación continua de un mareo constante, llego al pomo de mi puerta sin ningún accidente todavía; el día no ha hecho nada más que comenzar, a saber cómo lo acabo. 

En cuanto abro, me encuentro cara a cara con un Louis serio, demasiado serio para mi gusto y para su carácter normal. Su mirada transmite enfado —cosa que me descoloca y que no entiendo, ¿a qué se debe esta repentina visita y esa forma de observarme como si acabara de pillarme haciendo algo que no debo cual padre con un hijo?— me escanea de arriba a abajo sin cortarse un pelo a pesar de que me encuentro delante y sin dejar que el azulado de sus ojos se olvide de un solo rincón de mi cuerpo; empiezo a sentirme realmente incómodo, pero no me muevo ni hago nada porque hacerlo sería demostrar que oculto algo, y eso es precisamente lo que estoy evitando aparentar.

Sin pronunciar palabra alguna, pasa hacia el interior de mi apartamento como un rayo, sin darme el tiempo suficiente a reaccionar para pararle los pies aunque tenga que utilizar la fuerza para conseguirlo y pedirle explicaciones de por qué cojones se está comportando así de extraño. Genial, aunque me dé prisa para correr hacia el salón y empujarle hasta la pequeña entrada, ya se habrá dado cuenta de los restos que dejé ayer en la mesa, mesa que está hecha un completo desastre y que será lo primero que limpie cuando esté en condiciones de hacer vida normal, como cualquier otro ser humano. 

They » z.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora