twelve

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April

— Vale —respondo casi al instante, sin pensarlo demasiado y detenidamente, sin ser consciente de que estamos tratando una cuestión tan grande, tan fuerte y tan adulta como es el matrimonio; no es algo para tomarse a la ligera, es un acontecimiento que une a dos almas que están destinadas a estar juntas para siempre... y por esto mismo no me cuesta mucho pronunciar mi respuesta hacia lo que acaba de decirme —probablemente, lo más espontáneo que me ha dicho en toda nuestra relación y desearía haber tenido una grabadora para reproducirlo cada vez que quiera, en cualquier momento del día: ha sido simplemente... espectacular, maravilloso—, porque mi alma y la suya han estado destinadas desde el principio del Universo y no quiero romper nuestro camino en la vida juntos, no quiero porque no hay ni habrá, no existe ni existirá otra persona con la que me gustaría estar viviendo este momento, solo él. Siempre será Zayn, es mi principio y será mi fin.

Zayn conecta su mirada con la mía en una mezcla de sorpresa, incredulidad, asombro y estupor que me hace replantearme casi todo lo que hace apenas un segundo tenía más que claro: ¿es que lo ha dicho de broma y me he precipitado al responderle casi sin dejarle tiempo a que tomara una bocanada de aire por creer que iba en serio? ¿He sido una idiota integral al haberme expuesto con tanta claridad —emocionalmente hablando, físicamente lo estoy por completo y no es algo de lo que me arrepienta si es él quien observa la exposición— sin cerciorarme de que sea verdad, de que lo que ha dicho lo haya querido decir? ¿O es que se ha dado cuenta de que no es lo que quiere en cuanto sus oídos han escuchado que mi respuesta era positiva? Una presión intensa se instala en mi pecho cuando todos estos pensamientos no paran de golpearme la mente una y otra vez, despertándome de la burbuja que me envolvía por haber conectado con Zayn físicamente después de tanto tiempo sin experimentar lo bien que sienta esa conexión y por haber estado en sus brazos, piel con piel, corazón con corazón, labios con labios, sonrisa contra sonrisa, caricia y le quiero; joder, la he cagado. Tendría que haber escuchado a la April controladora, tendría que haberla sacado de su estado inconsciente, embriagada por la esencia de Zayn que nubla por completo cualquier sentido que esté vivo en mi interior, y haber seguido todo lo que ella me dijera; si lo hubiera hecho, ahora no estaría viendo cómo el rostro de Zayn pasa por todas las emociones humanas posibles, seguramente sin saber qué hacer o cómo decirme que le he malinterpretado. Joder, joder, joder, joder... ¿Por qué tengo que echar siempre los mejores momentos abriendo mi bocaza? 

— ¿En serio? —cuestiona sin salir de su estado de estupefacción, sin poder borrar todos los rasgos físicos de su rostro que dejan entrever que no acaba de creerse lo que acabo de decir, que no acaba de creerse que he dicho «vale» después de todo lo que hemos pasado con mi primer no, después de haber sobrevivido a la espiral de contradicciones que creamos: él quería no saber nada de mí, pero me llamó aquella noche; yo quería que solo fuéramos amigos, pero no pude evitar rendirme a él, ante el efecto que tiene en mí y al dulce tacto de tocar su alma; él quería pasar el menor tiempo conmigo por el daño que le hice con mi respuesta negativa, pero aceptó pasar Fin de Año conmigo; yo quería darle su espacio, pero hice todo lo posible por ser la primera en felicitarle por su cumpleaños. Ni siquiera puedo marcar el inicio de cuando comenzó esta tormenta que nos ha arrastrado a los dos, solo sé que siempre hemos encontrado un camino hacia el otro sin pretender encontrarlo... y que tiene todo el derecho del mundo a dudar de mí porque incluso yo estoy comenzando a dudar de mi respuesta ahora mismo, en este instante.

Me muerdo el labio inferior con fuerza cuando veo cómo se separa de mí, cómo priva a mi espalda de sus caricias con su mano izquierda y a mis fosas nasales de su olor característico que enciende hasta mi último nervio para sentarse en la cama y, de este modo, obtener una mejor visión de mí: nervios, nervios y más nervios. De repente, toda la seguridad que proyectaba mi lenguaje corporal, el tono de mi voz o el fuego en mi mirada mientras aceptaba su propuesta es derribada en un segundo por esta situación, por la forma en qué me mira, en qué me observa: lo hace como si acabara de acceder a la propuesta más loca que me ha hecho pero con un toque dulce en su mirada que suaviza esta surrealista situación. Sé que, en cualquier momento, con cualquier movimiento o gesto, va a ser consciente de mis dudas cada vez más crecientes en mi interior, va a poder ver que mi total convicción de que es una buena idea casarnos se tambalea progresivamente cuanto más reflexiono: ¿de verdad vamos a dar un paso tan grande? ¿De verdad estamos preparados? O, mejor dicho, ¿de verdad estoy preparada? Él siempre ha sido honesto, es una de las cualidades que más admiro de él sin contar su perseverancia, su constancia: parece tan seguro de todo y, cuando no lo está, no tiene reparos en decirlo porque no le importa admitirlo, no le importa afirmar que hay un tema que no controla, que se le escapa de las manos y del que no puede hacer nada porque, simplemente, no sabe qué hacer; sin embargo, yo intento aparentar que todo está bajo mi control, que nada se me escapa, que no hay situación que April no pueda afrontar cuando, lo cierto, es que mi interior es el auténtico infierno porque estoy mintiendo, porque no todo lo tengo calculado y prefiero callarme antes que buscar ayuda. Es por esto que no tengo ninguna duda de que él sí está preparado: si hay algo del matrimonio que no le convence, lo dirá; si siente que nos estamos precipitando, me lo diría; si le agobiara la idea de verse comprometido conmigo, no me lo hubiera pedido por segunda vez... Zayn no hace nada si no lo siente, por eso sé que ha sido una tontería al creer, por un momento, que lo decía de broma. 

They » z.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora