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Me tropecé una vez en la escalera pero llegué medianamente sana a mi habitación.

Tenía calor, era un día precioso

Agarré una musculosa fucsia y un jardinerito short, me puse unas sandalias bajas y me peiné un poco haciendo un rodete que dejaba caer sobre mi cara un par de mechones, me perfumé un poco y salí para encontrarme con mi hermano de nuevo

-Yo salgo, entro y me quedo en mi casa cuando tengo ganas ¿también te tengo que explicar eso?- escuché a Peter que le gritaba probablemente a mi hermano

-Buenísimo, yo voy a hacer exactamente lo mismo ¿tenes algún problema? - le dijo visiblemente enojado

- Peter, acaba de llegar, no lo molestes -le dije apoyando una mano en el hombro de mi hermano

Mi padre se dió la vuelta y salió por la puerta principal

-¿Que pasó? - le pregunte mientras agarraba las llaves de la puerta y salía para subirme a su moto

Esa es una de las tantas cosas que me encanta de mi hermano, mis padres le prohibieron completamente que tenga una moto en su poder y su respuesta fue "¿Ustedes la van a pagar? No, así que cállense" lo amo lo amo.

-Peter que no deja de desaparecer de esta casa y no le importa ni un poquito- me dijo subiendo al asiento y dándome la mano para que suba

-No le hagas caso, es lamentable por mamá pero si ella no quiere darse cuenta no podemos obligarla a nada

-¿Desde cuándo estás tan grande?- me dijo sonriendo

-Desde que me abandonaste y tuve que madurar para sobrevivir en esta casa- le dije pegándole en el hombro y poniéndome el casco que mi hermano me alcanzaba

-No seas así, ahora estoy acá ¿no?

-Te estaba haciendo una broma bobo, nunca podría sacarte en cara preocuparte por tu futuro, ¿dónde me vas a llevar?

-Cuando lleguemos vas a ver

Y así arranco y comenzamos nuestro viaje a quien sabe donde

El sol y el viento hacían que el viaje sea completamente relajante y divertido, con mi hermano nunca nadie de puede aburrir

Poco a poco nos fuimos acercando a una gran y vieja estancia, llena de pasto verde y árboles, así como de animales como caballos y algunos perros jugando con los pájaros

La estancia consistía en un gran portón, el cual se abrió apenas nos acercamos y dejo a la vista un gran camino hasta una casa que se encontraba en el fondo

La casa estaba pintada de un leve azul claro y tenía dos pisos, había un par de autos en la entrada pero no sé que era lo que nosotros hacíamos allí

Cristian estacionó la moto detrás de uno de los autos y nos bajamos, peiné mi pelo con los dedos y armé mi rodete nuevamente

-¿Y que hacemos nosotros acá? - le dije bastante confundida

-Quiero que conozcas a alguien ¿me esperás?

-Si sí, andá tranquilo- le dije para darme la vuelta y mirar todo el lugar de nuevo

La casa era un sueño, cuando me giré de nuevo a la dirección en la que estaba mi hermano el chico ya había desaparecido de mi vista, entonces quise ir a caminar por el gran jardín que estaba a un lado de la casa

Consistía en un par de caminos rodeados de pequeños arbustos y rosas de todos colores que lo acompañaban muy bien, pude visualizar un pequeño banquito entre medio de dos árboles con florcitas rosas

Cerré los ojos para que el viento me chocara en la cara mejor y mis mechones de pelo volarán por algún lado de mi cabeza, que paz.

-Suelo venír acá cuando no quiero que me encuentren ni que me reten- escuché que una vocecita me decía

Abrí mis ojos y me encontré con una pequeña niña que tenía un vestidito a lunares verde y blanco

Estoy usando muchos diminutivos

Tenía flequillo por encima de sus ojos y era tan rubia como yo cuando tenía su edad, no tenía más de 6 años y escondía unas alegres pecas debajo de sus ojos verdes

-¿Si? Es un lugar muy hermoso, tenés mucha suerte de verlo ¿vivís acá?

-Todos los días- me respondió regalándome una sonrisa hermosa

-¿Cómo te llamas mi amor?

- Amber, en realidad te estaba buscando porque mi mamá dice que tenes que entrar

-Oh... Bueno, vamos -me paré y seguí la pequeña figura de la nena para adentrarme a la estancia

Apenas entré un olor a torta recién hecha inundó mis fosas nasales, caminé por lo que parecía ser un salón que consistía en dos sillones rojos con un gran piano a un lado

Seguí caminando y me crucé con mi hermano, por fin.

- ¿Ya te acordaste de tu indefensa hermana?- le dije haciendo un leve puchero

-No seas tonta; cuando salí ya no estaba así que es tu culpa

-Si, ya querías ¿a quién me vas a presentar? -le pregunté intrigada, hace como una hora estoy acá y no me presentó a nadie todavía

Mi hermano se pasó la mano por el pelo y luego rasco su nuca. Está nervioso.

-Em.. Yo... Conocí en Londres...- claramente no encontraba las palabra para decirme lo que sea que tenía que decirme

-No te voy a decir nada Cris, por favor relajate

-Si, ya se.. Bueno como te decía conocí a alguien en Londres y.. Te quiero presentar

-¿Tenés novia y no me contaste? -le dije empujándolo claramente emocionada

Y antes de que pudiera responderme una linda (probablemente más joven que él) chica se acercó por el marco de la puerta que estaba en frente nuestro

-No quiero interrumpir pero la merienda ya esta lista- dijo sonrojada levemente

-Vení Julia, te quiero presentar a mi hermana Ema- le dijo mi hermano y se apresuró para tomar su mano

-Hola- le dije con una sonrisa y me fuí a donde sea que era la merienda

Me cae un poco mal que las personas sean tan vergonzosas a la hora de presentarse, no te va a comer, podes hablar

Pero después de eso me cae bastante bien y es bastante linda también, hacen linda pareja.

La tarde se pasó super lento, no dejaban de hablar sobre otros países y yo me estaba durmiendo literalmente, conocí a su familia y tuve que mostrar interés a la historia acerca de la estancia y del apellido de la familia

Los primeros minutos escuché atentamente y luego mi atención se fue por quien sabe donde.

Por fin mi hermano se había dado cuenta de mi estado y se disculpó diciendo que mañana tenía clase y que no quería llegar tarde (mi hermano no sabe que a clase voy cuando se me da la gana) y nos despedidos amablemente para subirnos a la moto y volver a casa

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Me sequé el pelo con secador y puse un poco de música a medida que me dejaba caer en mi cama

Me puse el pijama y me acosté, sin darme cuenta me quedé profundamente dormida

Mi profesor particularDonde viven las historias. Descúbrelo ahora